Incidencias

Iniciamos este 2008 arrastrando errores que se remontan al año 2000-01 respectivamente. Estos errores fueron cometidos por la oficina de Suma Gestión ubicada en C/Patricio Pérez, 20 bajo B y son, cuantitativamente hablando, tres incidencias relacionadas entre sí:
1º) Un número de cuenta, por el que está domiciliado el IBI desde el año 2000, es asignado a una persona que no es ni ha sido nunca titular de esa cuenta, abierta en el año 1999 en la Caja de Ahorros del Mediterráneo del Paseo Vista Alegre.
2º) La persona afectada, que corre en soledad con este impuesto desde hace siete años y percibe una pensión no contributiva de 312 euros, no figura como titular de los recibos que paga religiosamente cada año.
3º) Suma Gestión cobró por separado, dos veces, el IBI correspondiente al ejercicio 2001 -referente al mismo objeto tributario- a las dos personas titulares del inmueble. Como única respuesta del jefe de oficina -Sr. Maluenda Quiles-, afirma que, según ley, «ha prescrito». Esta respuesta parece justificar la NO DEVOLUCIÓN de los 107’85 euros cobrados dos veces y por separado a cada uno de los titulares del mismo inmueble.
En relación directa con dos, es necesario precisar que la persona pagadora del IBI solicitó una ampliación de titularidad de los recibos del 30 de mayo de 2005 que a día de hoy sigue sin hacerse efectiva.
La explicación ofrecida por el sr. Maluenda fue que en catastro rechazaron esta petición porque el modelo informático les impide registrar en la titularidad de los recibos a los dos propietarios del mismo objeto tributario, debido a una limitación de caracteres -bytes-, a lo que el afectado respondió solicitando que se pusieran ambos DNI por quedar condensados en ellos las identidades, petición que también fue denegada por el Sr. Maluenda Quiles, porque, al parecer, no se ajusta a los modelos establecidos.
En relación a la cuestión tres, el sr. Maluenda Quiles aseguró al comunicante de la persona afectada que tenía que haber comunicado la incidencia dentro de los cuatro años posteriores al cobro del recibo del ejercicio 2001.
Preguntas derivadas de lo anterior:
¿Qué instrumentos tiene la persona afectada para averiguar que el otro titular está pagando también el Impuesto de Bienes Inmuebles correspondiente al mismo objeto tributario, si ese otro titular reside en otra dirección desde el año 99 y sus justificantes de pago son documentos privados a los que la persona afectada no puede tener acceso, a no ser por medio de otros organismos públicos, de modo circunstancial?
Suma asegura que notificó al titular del recibo -vía correo ordinario- este incidente. Cuando el comunicante de la persona afectada pregunta al jefe de oficina por qué razón no se remitió esta notificación (duplicado de la misma) a la persona pagadora -titular exclusivo, junto con el comunicante, del número de cuenta-, el Sr. Maluenda Quiles responde que sí remitió carta vía correo ordinario. El comunicante de la persona afectada ratifica la no recepción de esa notificación y reprueba a la entidad la no insistencia en la misma. Esta conversación fue mantenida por el comunicante el 7/1/08 tras remitir previamente tres cartas certificadas con acuse de recibo al jefe de oficina. Motivo: la persona afectada padece una minusvalía del 94% y gran pérdida de visión.
El viernes día 11 regresará a la oficina y confía le sean entregadas copias de estas supuestas notificaciones, dado que aunque la cuestión primera parece haber sido resuelta, la segunda y la tercera son objeto de reparo para Suma.
Las situaciones descritas deben hacer reflexionar a la persona que está al frente del citado organismo y a aquellos otros de los que éste asegura ser dependiente porque en absoluto es razonable que las explicaciones ofrecidas -aquí expuestas- sirvan de escudo protector y justifiquen actitudes altamente reprobables que activan el funcionamiento de un aparato burocrático que, lejos de proteger nuestros derechos y menguados recursos, nos los arrebata con la ambigua indumentaria interpretativa de una legalidad que, cuando no se apoya en la legitimidad y principios elementales de la ética, desemboca en una forma encubierta de usura.

La persona comunicante.
MJRB

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