¿Quiénes son los responsables…?

En la Residencia de la Tercera Edad «Francisco Casanovas», los jardines eran un verdadero oasis hasta hace un par de años. Por no sé qué extraña razón, se talaron una serie de ficus de distintas variedades, árboles frondosos que alegraban el paisaje y daban frescor al recinto. Según mis propias averiguaciones, esta actitud no sentó bien en instancias municipales (la Residencia es propiedad de la Generalitat), porque, entre otras razones, se podían haber trasplantado a otros sitios en lugar de talarlos. Bien, después de un año de abandono casi total en lo referente al riego y cuidados, de nuevo la motosierra ha hecho acto de presencia para liquidar los que ya con un hilo de vida casi no podían sobrevivir a la prolongada ausencia de agua. Buena prueba de lo que estoy diciendo lo podemos encontrar en los chopos de la fachada principal, que están prácticamente secos con veinte o más años, por la misma causa.
No es precisamente buen ejemplo el que se da con organismos oficiales, Generalitat, etc… con este tipo de actuaciones. Creo que estamos en una situación en la que debemos preservar cuanto podamos en este sentido. Se nos venden por doquier el medio ambiente y el cambio climático, pero, en cuanto se tiene la ocasión, una hermosa plaza con su vegetación correspondiente, de decenas de años, de poderla volver aparcamiento u otros bienes de los llamados de «interés general», metemos las excavadoras y la motosierra y nos olvidamos de todas las gaitas que a bombo y platillo se nos venden diariamente a los ciudadanos de a pie. Señores que nos gobiernan, sean del «color» que sean… OBRAS SON AMORES. Un poco de coherencia, por favor.
Después de denunciar este verano la tala de una frondosa valla de arizónicas y la situación encontrada en el recinto como antes he mencionado, de falta de cuidados y en especial de riego, ahora me encuentro que están talando ejemplares que necesitan veinte años o más para ponerse como estaban. Puesto al habla con el personal que estaba realizando la poda, me indicaron que lo hacían porque estaban secos, aseveración que no es cierta, puesto que seguía el tema, pensando, como ha ocurrido, siempre en lo peor… Estos árboles sólo necesitaban de una primavera con agua en abundancia y perfectamente hubiesen salido del agotamiento, que era el único mal que les aquejaba, y no con esta medida, que dejan el lugar como un auténtico desierto.
Por favor, a QUIEN CORRESPONDA, que no se talen más árboles en este recinto en «aras» de remodelaciones, vallados, etc. Es mucho más importante salvar las pocas zonas arbóreas que quedan en Torrevieja, en especial en su casco urbano, que hacer cuatro dibujitos en el jardín, y el próximo mes de julio se asarán hasta las palabras en un auténtico erial, donde no hace mucho tiempo había un verdadero y frondoso jardín, produciendo oxígeno y sombra a las personas que consumen allí los últimos días de su vida. Entre ellos se encuentra un hijo predilecto de esta ciudad, como es el Maestro D. Ricardo Lafuente.

Ramón Casanova

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