LA, LA, LA… La que se ha montado

Si la semana pasada las teles eran un monográfico de los Pajares, esta semana, como por ensalmo, la palma en televisiones, radios y periódicos se han centrado en que, hace ¡¡40 años, 40!!, para que ganara Massiel Eurovisión, hubo que recurrir a un tongo internacional.
Todo empezó con el anuncio de La Sexta de que el domingo 4 de mayo se iba a emitir un documental, bastante riguroso, de lo que supuso en Francia, en Europa y en España el mayo francés del 68 -por cierto, que el Festival de ese año se celebró el 6 de abril-. En un extracto de su presentación, en una intervención de dos minutos, se oye decir a José María Íñigo que «tenía oídas» de que, por aquella época, al régimen franquista le interesaría ganar Eurovisión, para dar una imagen próspera de España, que entonces estaba despuntando en turismo.
Y, ¡cataplún!, estalló la traca. Por un lado, los diarios ingleses, exigiendo la devolución del galardón, y, por otro, la ínclita Massiel, desde su púlpito de Espejo Público, en Antena 3, arremetiendo, como lo que apodan «la tanqueta de Leganés», contra Emilio Aragón, director de La Sexta, por no sé qué contubernio, realizado aposta, para favorecer al «Chiki-chiki». Tiró a dar a Íñigo, del que dijo hasta que la tenía pequeña, como si la señora, entre colocón y colocón de los que coge, se dedicara a medir «mingas».
La misma Massiel, que dice altanera que nunca fue al Pardo, sí recibió la Gran Cruz de Isabel la Católica, como una Agustina de Aragón, que hubiese reconquistado Gibraltar. Se escuda en decir que se la enviaron por correo… Pues ya en 1968 existía aquello de enviar a vuelta de correo.
La gran beneficiada, sin lugar a dudas, ha sido ella, que se ha hecho su ronda de platós, léase «¿Dónde estás…?», La Noria, etc. Y no de gratis. Pero, sin lugar a dudas, los que se lo han pasado en grande con todo esto han sido mis chicos de «Sé lo que hiciste…», que, no dejando, como siempre, títere con cabeza nos han obsequiado unas cuantas veces con aquel «Baile del mantón» que Massiel realizó en la boda de Enrique Ponce, con aspecto de haberse bebido hasta el agua de los jarrones.
Si esto de los tongos continúa así, ya veremos cómo, en unas semanas, alguien sale diciendo que los 12 goles a Malta los compramos, como el que compra melones a pie de carretera, o que el toro que mató a Manolete iba comprado por alguna asociación antitaurina… Al tiempo.

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