¿Crisis o no crisis?

Los políticos han emprendido una lucha entre los de una posición política y otra distinta sobre si llamar a nuestra situación económica actual «crisis» o «desaceleración económica», o sea, que unos quieren alertar a la sociedad de que estamos ante un grave estado de nuestra economía y los otros no quieren asumir que la misma se ha dado en su mandato político. ¿Quién tiene razón?
Vamos a realizar un estudio de la realidad para sacar nuestras propias conclusiones. Una desaceleración se produce cuando una situación económica tiene una tendencia creciente y ésta se frena en un determinado momento, pero no decrece y se mantiene en sus últimos niveles, pero si lo que ocurre es que volvemos a niveles menores que se han dado en antiguos periodos, lo que está pasando es que estamos ante un retroceso o regresión. Eso es en realidad lo que está ocurriendo realmente en nuestra economía. Nuestro PIB (Producto Interior Bruto), que venía creciendo a niveles superiores al 3’5%, se prevé que para este ejercicio retroceda al  0,79%, por lo que, evidentemente, estamos ante un regresión económica.
Si realmente nos encontramos en una situación en la que el desempleo crece mes a mes, la inflación también lo está haciendo, los tipos de interés amenazan con seguir aumentando si los productos de servicios no reducen sus precios, el estado está recibiendo menos ingresos por vía de impuestos, ya que los que contribuimos a generarlos cada vez somos menos, los gastos del estado aumentan vía desempleo y se está comentando que en este ejercicio cerraremos las cuentas con déficit presupuestario; algunos sectores económicos importantes de nuestro país, como son agricultura, pesca y transporte, están denunciando su inviabilidad ante el crecimiento de sus costes, etc. Yo creo que estamos ante una buena «Crisis Económica». Así la ha llamado, sin darse cuenta, el vicepresidente económico, sr. Solbes.
Toda esta situación, al parecer, tiene un solo culpable: «el precio del petróleo», aunque yo pienso que también tiene una gran culpa el poco caso que se le ha venido haciendo a los indicadores económicos que estaban alertando sobre ésta mala situación, así como la falta de perspectiva económica hacia un futuro que se podía haber previsto incierto.
Si uno se limita a denunciar y no da ninguna alternativa o éstas siguen siendo injustas, está actuando como los falsos profetas. Nuestro actual gobierno, para frenar el consumo de energía, solamente se le ocurre incrementar los precios de la misma, véase el aumento que ha anunciado nuestro Ministro de Industria de un 11% sobre el consumo de electricidad, en contraposición con los importantes beneficios que están teniendo todas las empresas energéticas, lo que, unido a los aumentos de los hidrocarburos, nos llevan a una peor situación y a un freno de la actividad económica, así como a un aumento de los precios al consumo.
Yo creo que, al igual que se ha hecho en otros países de forma inteligente, ante esta situación, se deben olvidar los egoísmos partidistas y personales, decir la verdad a los ciudadanos y, entre todos, llegar a un consenso y objetivo único que nos lleva a la paz, la justicia, el bien común de toda la sociedad y la armonía entre los pueblos, así como la libertad del ser humano.

Carlos García

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