Pobreza y riqueza con retículas para todos los tiempos

Robin Hood

Resulta extraño que tengamos que recurrir a material gráfico de fotoperiodismo para hacernos cargo de lo que supone vivir en ciertas regiones del globo. Y, sin embargo, sabíamos, aunque no lo viéramos, que hay demasiada gente que vive en el límite de la supervivencia.
Por otra parte, y contrastando con el tema, hay una oportunidad para ver este trabajo por medio de las imágenes de Eduardo Rubio, que se presentan en la sala de exposiciones Vista Alegre de Torrevieja hasta el 24 de agosto bajo el título: «El mundo hoy. Nosotros». Sus fotografías me hacían recordar aquellas sutiles diferencias entre lo adquirido honestamente y lo agazapado a cuenta de los demás, «que no pueden sernos útiles sino durante la corta vida», dijo sabiamente el pensador griego Aristóteles. Porque no es tanto el sentirse desposeído, sino en notarlo cuando nos miren los demás.
Los medios de comunicación se aprovechan de esta sensación de desposeimiento que todos tenemos, aunque no nos falte nada, para anunciar nuevas series de pantalla con arquetipos del héroe de todos los tiempos escondiendo el botín y la vergüenza de tener que robar a los ricos tras la capucha de los malhechores. «Mal abriga al pobre la costumbre de no tener abrigo», comentaría cínicamente nuestro Francisco de Quevedo, seguramente porque no le faltaba nada, y aún es peor el modelador de personajes de novela, Honoré de Balzac: «Me enteré de que era pobre cuando quise amasar riquezas para mi hijo».
Pero desvelemos el fondo sobre el que posan tantas interpretaciones del héroe que asume la miseria de los otros para salir en su defensa en beneficio propio. Serán ideales para novelas y filmes de acción con humor romancero de éxito popular, porque es bien sabido que tratan de lo imposible en la vida, sobre todo ahora que pretenden quitar el protagonismo a las clases sociales poderosas de siempre para entregarlo a los creadores de las nuevas globalizaciones mundiales. Se precisa, pues, un nuevo Robin Hood que, con gafas de sol y con prendas de vestir estrafalarias, logre de nuevo inspirar aquellas teorías del héroe británico que nunca existió ni se ocultaba en Sherwood Forest, jugando con aquella ironía del maestro de la vida refinada, Epicuro, que mantenía que ser rico era acostumbrarse a la escasez que le aportaba la vida.

HECHOS Y DICHOS
No lo desees y serás el hombre más rico del mundo.  Miguel de Cervantes y Saavedra

PROVERBIO RUSO
Quien haga su fortuna en un año debiera haber sido ahorcado doce meses antes.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*