La salud, más que del cuerpo, pudiera ser mental

Décimo Junio Juvenal

En mi caso, al menos, suelo fiarme de los dictámenes de mi médico, que sabe perfectamente por qué tendemos a tener más confianza en una persona profesional que en otras. Y lo mismo ocurre con los dichos y axiomas sobre la salud, sobre todo si han logrado sobrevivir a la prueba de los siglos.
La medicina debió de estar ligada a la filosofía en la antigüedad como teoría del conocimiento y al contrario, pero se sabe muy poco de sus comienzos, aunque muchos los consideran como pura magia. He tomado un ejemplo de los clásicos, Décimo Junio Juvenal, de quien se desconocen muchos detalles sobre su vida y escritos. Maestro de la sátira, se cebó atacando el libertinaje de su época; nació a mediados del primer siglo de nuestra era, pero se mantiene viva la imagen de lo que satirizaba, aunque dejó frases indelebles sobre la salud mental que debe regir el comportamiento humano; su «mens sana in corpore sano» es ya proverbial y debiera presidir los centros de salud. Me encanta el sentimiento personal de muchos de sus dichos sobre la amistad humana, que es un remedio de profilaxis en la vida: «El trecho que nos separa de la casa de un colega nunca resulta demasiado largo».
Es clara la relación entre la buena salud y las condiciones económico-sociales tal y como se estudian hoy en día con estadísticas, y no es pura coincidencia que nos encontremos entre los más afortunados. Pero no todo es jauja, diría Aldous Huxley, a quien alarmaba la proliferación de las enfermedades mentales, y habría que añadir el SIDA, las adicciones y el consumo de estupefacientes, y comentaba con cinicismo: «Sí, pero la investigación sobre todas estas enfermedades ha avanzado tan considerablemente que es difícil encontrar a nadie que esté totalmente sano».
Pero, insistiendo en el elemento humano, que es lo que más nos interesa para estas disquisiciones, resulta con frecuencia más difícil escuchar los consejos de otro, aun tratándose de un profesional, si se está enfermo que cuando no se tienen esas enfermedades, y, apelando al sentido común, que con demasiada frecuencia falla, cabría decir: «El médico que no sea a la vez filósofo no da la nota de saber sanar», según José de Letamendi, como si para curarse hiciera falta más que nada el deseo de mejorar.

HECHOS Y DICHOS
Cuando leas algo sobre remedios contra tu enfermedad, ten mucho cuidado porque pudiera tratarse de una errata de imprenta.  Mark Twain

ANÓNIMO
El 30 por 100 de lo que comemos y bebemos nos conserva vivos, aunque el otro 70 por 100 servirá para mantener a los médicos.

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