Parálisis económica comarcal

Antonio Navarro
Presidente de la Asociación de Promotores y
Constructores de la Vega Baja (Procosta)

Resulta increíble y no pude justificarse, por más que se den explicaciones de todo tipo, la decisión que han adoptado casi todas las entidades financieras, de poner en peligro la continuidad de muchas empresas inmobiliarias. Nadie puede entender cómo se niega la financiación a empresas que jamás han dejado de atender sus compromisos económicos, empresas que ofrecen garantías sobradas para los préstamos que solicitan, empresas con importantes patrimonios en bienes inmuebles y que dan empleo a cientos de familias.
– Se niega de forma generalizada la renovación de las pólizas de crédito, imprescindibles para atender a los compromisos económicos diarios de cualquier empresa.
– Se niega el descuento de papel (pagarés y letras de cambio) a las empresas promotoras, a las constructoras y en general a todos los oficios que trabajan en el sector, con lo que dificultan el tráfico mercantil y provocan con el pago inmediato, la descapitalización a todas las empresas y pequeños autónomos.
– Se niega de forma generalizada la financiación de las construcciones, sin ningún tipo de análisis ni estudio previo, simplemente se han transmitido por las direcciones de las entidades bancarias, las oportunas órdenes a los directores de oficina, de no tramitar ningún préstamo ni para financiar el suelo ni para permitir la construcción.
– Se renuevan en condiciones abusivas los préstamos concedidos en el pasado y que, por falta de venta de las viviendas, no han podido ser cancelados por la empresa promotora.
– Se dificulta, en gran medida, la financiación para la compra de viviendas de muchas personas que la necesitan para vivir.
– Se provocan las cancelaciones de ventas de viviendas, al negar sin más la financiación a muchas parejas jóvenes que no pueden demostrar estabilidad en el empleo y sus padres no pueden avalar la operación.
No podemos entender por qué se ha decidido ahogar al sector económico que más puestos de trabajo estaba generando en España. Desconocemos por qué vamos al suicidio económico colectivo, sin que a nadie parezca importarle de momento.
Los empresarios no estamos dispuestos a permanecer impasivos ante esta situación.

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