Ciencia y filosofía. A propósito de una exposición de La Caixa

Vale la pena constatar el impacto que ha producido la exposición organizada por La Caixa sobre la variedad de formas en la Naturaleza, que se puede visitar hasta el 26 de agosto en la sala de exposiciones del centro cultural Virgen del Carmen de Torrevieja, porque sirve también para reflexionar sobre la manera de percibirlas.
Lo más sorprendente de todo el material presentado en las vitrinas de la exposición es que se crucen los límites que se habían pretendido establecer en el pasado entre la ciencia y la filosofía, ignorando la unidad de todo conocimiento; porque la disociación de las dos culturas, la de las Ciencias y la de las Artes, se dio sobre todo a partir de siglo XVII, haciendo que al analizar los fenómenos se prescindiera del hecho de que nuestro conocimiento tiene su garantía cuando se cae en la cuenta de que nos ayudará a entender la complejidad del mundo del que somos una parte integrante nosotros mismos. Por eso la conciencia hace que lo observable resulte coherente al dar explicación a los fenómenos y habrá que ser crítico sobre cualquier conclusión, por muy definitiva científicamente o comprobada que nos parezca.
Tras mi visita a Cambridge, donde durante siglos se han entrelazado las artes con las ciencias, me parece pertinente referirme al saber de todas las generaciones, que se visualiza a través de los dichos de los maestros del pensamiento porque asumen que todo conocimiento no sólo es insuficiente, sino que nos impulsa a saber más. Así es el caso de Montaigne, para quien «la insatisfacción será el comienzo de la sabiduría», o Pascal, que hacía mofa de lo ya sabido antes de comenzar a reflexionar sobre algo. Y si la filosofía es vida según Séneca, no podremos atenernos a lo ya sabido, como tampoco a lo ya vivido, abriéndosenos un camino que han de seguir los que se dediquen a investigar no sólo sobre lo que nos rodea, sino en la manera cómo se llega a integrar lo que se hace con lo que se piensa.
Siempre nos quedará el examen de lo que nos ocurra cada día, lo mismo que el análisis de lo que observemos. Yo vi en la exposición de La Caixa, por ejemplo, que las abejas han encontrado una solución mucho más efectiva al problema del almacenamiento de la miel que la mayoría de las naves industriales o nuestros depósitos de cargas y descargas, al evitar las esquinas en los panales de las colmenas.

HECHOS Y DICHOS
Hay que pensar con los otros y a través de cualquier cosa.  Fernando Sabater.

SENTIDO COMÚN
¿Cabría condonar al filósofo y al científico cuando tratan de hacernos comprender lo inexplicable?

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*