«Entrevistas previo pago»: El juego del todo vale

Desde luego, no es de extrañar que, desde el sábado pasado, haya crecido el número de cabreados e impotentes ante actuaciones tan graves como las que se dieron en «La Noria» de T5.
Me refiero a la actuación que mantuvo una tal Violeta Santander, novia del individuo que atacó a Jesús Neira, cuanto este le increpó por estar, supuestamente, maltratándola. Como saben, Antonio Puertas está en prisión preventiva y Neira en coma. La señorita Violeta (por tratarla con un respeto que no se merece) dijo contar su verdad, que era la siguiente: primero, que el profesor Neira se metió donde no tenía que meterse, con lo que culpa a Neira de la agresión. Segundo, que a ella no la empujó nadie para caer, que cayó al suelo porque padece vértigo (menos mal que no fue en un balcón, si no se escoña). Tercero, que Neira no era un héroe, como le había nombrado días antes el Consejo de Ministros, porque para que hubiera un héroe debía haber víctima, y ella no lo era; aunque luego dijese que había 3 víctimas, Neira, Puertas y ella misma. Es normal que soliviantaran tanto a Pilar Rahola como a Mª Antonia Iglesias y Pepe Calabuig, ya que la maltratada vocacional (pues dijo que había sido maltratada anteriormente) lució vestuario, peinado y sonrisa para su momento de gloria, a sabiendas de haber ingresado en el circuito de teles de pago para sacarse unos euros, defendiendo a ese muchachote noble, de buen corazón, que le pegaba por amor, y de lo cual no tuvo culpa alguna, porque iba un poco pasado de cocaína, alcohol y otros productos de la dieta mediterránea. Esta mujer, que no ha tenido el coraje de pasar a ver al Dr. Neira por el hospital (porque quizá no haya dinero por medio), quiso hacer su particular homenaje a las víctimas de la violencia doméstica y le salió el tiro por la culata, porque vino a decirnos que un bofetón cariñoso o una simple patada de desahogo no tienen por qué acabar en problemas con la justicia.
La culpa, más que de esta chica, que quizá esté bajo algún síndrome afectivo, o incluso bajo una amenaza del maltratador, es de la cadena, en este caso Telecinco, que la aúpa al circo mediático para que vacíe sobre todos una inmensa bolsa de basura, so pretexto de decir «su verdad».
Seguro que aumentó el número de espectadores, pero ha bajado el de personas que estén dispuestas a ayudar a otras en semejantes tesituras.
No tardaremos en ver en bolas a Violeta Santander en la portada de Interviú, la misma que debería estar usando la plaza de hospital que ocupa un héroe: Jesús Neira… ¡Al tiempo!

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