Otra vez, Don Dinero, Quevedo

Había una vez un circo que alegraba siempre el corazón. ¿Cómo están ustedes? Susanita tiene un ratón. Hola Don Pepito. La gallina turuleca. El auto de papá. Cómo me pica la nariz. Y muchas canciones infantiles y juveniles que nos alegraban a todos los niños y niñas de la época las grises tardes de una gris época. Pero el mítico payaso, Miliki, del famoso clan familiar, nos ha dejado silenciosamente como si nos hubiera atravesado un frío hielo el corazón. Estoy seguro de ello. A lo del frío hielo me refiero. No estoy tan seguro de que esté en el cielo y de que nos haya dejado para siempre. Ni estoy seguro ni me da la real gana de creer a pies juntillas en estas credulidades. Es evidente que en este país, y concretamente en nuestra ciudad, vamos a echar mucho de menos la figura mítica de Miliki, un payaso de carne y hueso por el que merecía la pena llorar y reír. Y todo esto viene a cuento porque me da la ligerísima sensación de que por lo que no merece la pena (a no ser que uno tenga muchísimos intereses en juego) entretenerse es en la odisea esa de organizar un evento consuetudinario en Torrevieja -y mucho menos en el afamado Conservatorio Superior Internacional de Música para Dsicapacitados- para volver una vez más a las andanzas de vender, revender, rerevender casas, chalets, bungalows, parcelas, semiparcelas, suelo rústico, suelo urbanizable, suelo no urbanizable, suelo urbano, o cuantos calificativos pudiéramos encontrar. Se pinchó la burbuja inmobiliaria, estalló por los aires, aquellos aires (valga la redundancia popular) de especulación, de ganar dinero fácil engañando al más pintado, aunque fuera pariente tuyo. Este evento, «Costa Blanca Russian Meeting Point», quiere ser unos días de negocios a puerta cerrada, donde van exponerse, supuestamente, múltiples agencias inmobiliarias ofertando al mercado ruso todo un lujo de viviendas que están en stock. Yo no digo que el mercado ruso sea negativo para estas y otras cuestiones. Pero sí pongo el énfasis en que -tal y como manifesté en su momento- el dinero no siempre es bueno venga de donde venga. ¿Y si viene del tráfico de armas? ¿Y si viene del tráfico de niños? ¿Y si viene del tráfico de drogas? ¿Y si viene del tráfico de órganos? ¿Y si viene de la explotación de las minas de donde se extrae el coltán? Estaríamos, pues, ante una consideración de ámbito moral o ético, o como quieran denominarla. Es evidente que hay que hacer lo posible, con honestidad, transparencia, rigor, responsabilidad y ética, por salir de esta escabrosa y profunda crisis económica, provocada por el sistema canalla financiero. Y que sería bueno el hecho de ir vendiendo casas, a ser posible con muchas facilidades, para quien no tenga, que son muchos los que no disponen de un techo desgraciadamente. Igual que digo una cosa digo otra: es buena la ensaladilla rusa; son buenos los polvorones de estepona (la estepa); es bueno el caviar ruso, y también es cierto que hay mucho ruso en Rusia que no sabemos exactamente a lo que juega, si al capitalismo, al comunismo, a la pura y dura especulación y lo que conlleva tal práctica…, supuestamente. Pero si los expositores van a tratar de vender viviendas, en su mayoría, ¿por qué expone una joyería, un banco, un concesionario de automóviles e incluso un despacho de abogados? No sé, uno sigue viendo mucho ruso en Rusia, y por eso no sé si ponerme a llorar o a reír. Tendré que hablar con Miliki, que estará seguramente en los cielos, porque aquí en la Tierra se ve que no tenemos aclare. Salud y buena quincena.

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