Hartísimo

Yo estoy ya hasta los mismísimos huevos, con perdón, de ver y leer en telediarios y prensa en general  la corrupción que campa por nuestro país, tanto en los partidos políticos como en las instituciones. Y también harto de tanta impunidad, a pesar de que van saliendo a la luz pública muchos casos de canallismo, a pesar del Ministro de Justicia, que, si por él fuera, la mordaza a los medios de comunicación (menos a los suyos, claro) sería más grande que la catedral de Burgos, que creo que es muy grande. Pero, por estar, también lo estoy en mucho mayor grado de la malnutrición infantil que existe en España y que nuestro Gobierno trata de negar hasta el paroxismo o hasta la neurosis. Con todo el dinero público que se dilapida, que se despilfarra y que roban a manos llenas, ya podrían solventar esos graves problemas. Pero claro, es pedir peras al olmo. Evidentemente, estoy hartísimo de que no crean los incrédulos que en el PP, lo que conocemos como PP, van a quedar, Rajoy, Cospedal, Aznar, la dama Aguirre, el contador de billetes Rus, el conde Floriano, el trabucaire Pons y poco más, porque la gente joven en su mayoría está ingresando en las filas del novísimo partído denominado «Ciudadanos», que nació en Barcelona y se ha extendido como una mancha de aceite. Y supongo que para bien, por aquello de renovar las viejas estructuras, caducas y obsoletas de un partido que se está hundiendo a marchas forzadas, menos en nuestra ciudad, gracias a Dios, sobre todo, y a la población tan mayor que tenemos -y que Dios la conserve muchos años-, y, cómo no, a lo mucho que da el rebujito en la Feria de Abril en Sevilla, perdón, en la Feria de Mayo de Torrevieja. Ahora, aquí, según leo en prensa escrita, hemos pagado casi catro millones de euros de intereses por determinadas expropiaciones efectuadas en su día, lo cual no es mucho dinero si lo comparamos con el que el Estado ha dejado a la banca para que se hagan más ricos todavía, es decir, 61.455 millones de euros, que se dice pronto, y de los que vamos a recuperar algo más de un 4,3%. Para reírse, y para hartarse de tanto choriceo.
Y hablando de otra cosa, que el otro día el escritor Juan Goytisolo recibió el premio Cervantes por su obra en general. Pero es que también hacía unos trabajos periodísticos de quilates, que combinaba la crónica, la opinión y el reportaje, algo muy parecido al trabajo que estoy acabando con la Transición en nuestra ciudad, trabajo en el que manejo varios registros periodísticos. No sé si me habrá salido bien este trabajo, pero al menos lo he intentado, aportando un gramito de veracidad, credibilidad y «entrañabilidad» a nuestra historia local. Ya veremos cómo queda. Y dentro de unos días, a votar con cabeza y con reflexión.

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