El Periódico de Torrevieja nº549

Muchos son los adjetivos que se pueden emplear para describir el resultado de estas elecciones municipales. Sorprendente, porque rompe con 24 años de mayorías absolutas del PP. Inesperado, porque pocos pensaban que fuera a ocurrir -ni siquiera quienes lo deseaban-, en vista del historial electoral de Torrevieja. Paradójico, porque nunca se vio una victoria tan triste, a juzgar por el panorama de la noche del 24 de mayo en la Plaza de la Constitución, ni una derrota con tantas felicitaciones como las que le han llovido a partidos con resultados poco halagüeños. Preocupante para quienes tienen intereses en juego; esperanzador para quienes quieren un cambio; inquietante para quienes temen el cambio. Injusto para los partidarios de que gobierne la lista más votada sin depender de nadie, y también para quienes cuestionan que el Gobierno local dependa -como así parece- de dos recién llegadas, prácticamente desconocidas, como las concejalas de C’s, o incluso de sus «jefes» de Barcelona. Interesante desde el punto de vista informativo. Fantasioso para no pocos que sacan la «bola de cristal» y se lanzan a aventurar desenlaces, o a crear y alimentar rumores, de los muchos que circulan por Torrevieja estos días, de toda clase y condición, desde los que dan por hecho un pacto blindado entre el PP y C’s, hasta los que aseguran que habrá pacto a 6 bandas, pasando por quienes hablan de un Gobierno del PP en minoría, sin faltar quienes ya prevén mociones de censura. Pero si nos tenemos que quedar con algún adjetivo, ése es enriquecedor, no sólo por la pluralidad que propicia el alto número de partidos que han obtenido representación, sino porque, independientemente de quién gobierne finalmente, se abre una nueva etapa en la que será indispensable el diálogo y la integración de diferentes opiniones.

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