Otra vez el aborto

El mundo cristiano, como en sus albores, está siendo una inmensa fábrica de mártires, a los que en un futuro no muy lejano, también se les tendrá que reconocer tal condición. No me atrevo a indicar cómo se puede combatir eficazmente el «mal intrínseco» que algunos hombres llevan dentro, pero es lo que tenemos y nos rodea. Ya hace tiempo que los miembros de las organizaciones criminales empezaron a darnos comunicados con capucha. Ahora se la ponen y a la vista de todos, con alcances mediáticos sin precedentes, les cortan la cabeza a unos cuantos o a muchos… y hasta la próxima. Motivos étnicos o religiosos les incitan exacerbadamente a matar, aunque, eso sí, tengan predilección por los cristianos. ¡Y pensar que la Iglesia en estos tiempos no pone espada contra espada y en sus oraciones pide incluso por la conversión de los verdugos…!
La misma Iglesia que en las últimas horas tiene que salir al paso de declaraciones ligeras y subidas de tono de los medios de comunicación que al divulgarlas las malinterpretan y manipulan, nada más y nada menos que sobre un tema tan espinoso como el del aborto. El Papa Francisco, el mismo que no hace mucho defendía a los hombres marginados del mundo incluyéndolos como parte esencial en este planeta que degradamos a pasos agigantados, ha de explicar con delicadeza lo que para el orbe católico significa el año jubilar de la misericordia que ha de comenzar el próximo diciembre.
Al querer este Papa valiente que la indulgencia nos llegue como «genuina experiencia de la misericordia divina», ofrece la posibilidad de que cualquier sacerdote pueda absolver el pecado del aborto -que lo define como gravísimo mal- siempre que se dé el sincero arrepentimiento en el sacramento de la Penitencia. Dice que en ese caso «no puede negarse el perdón de Dios». Y esa autorización a los sacerdotes está explicada porque es pecado de excomunión y por tanto ser absuelto únicamente por los obispos. Quede claro para el creyente que la doctrina no cambia y que es un valioso perdón para el arrepentido. Para nada afecta a aquellos hombres y mujeres que lo consideren un derecho.
Y para terminar, como siempre, con algo de política que también nos afecta, comento jocoso esa especie de «escrache» sufrido por nuestro exalcalde, de manos de nuestra futura alcaldesa, que, eso sí, al parecer fue incruento. Como lo vi en la tele, me hice un poco de lío porque ya soy mayor y porque en unos momentos no supe a quién se le decía que abandonara la sala. Si a la señora alcaldesa o a Desi mi amiga de la prensa gráfica que no sabía la pobre donde ubicarse.
Como tampoco lo saben en más altos niveles, algunos señalados socialistas, qué pena. El que quiere ser presidente del Estado federal sin ministerio de defensa, vaya discípulo aventajado del otro de antes, y de otro esperpento de exlendakari diciendo que la cosa se arreglará entre todos -los políticos- pero sin el pepé, al que le debió, por cierto, haber sido lendakari… Todos igual de aborrecedores del mismo. Del pepé. Siempre. Antes muertos. Como decía mi «chache» Pepe jugando al dominó. «Antes «moro» que dar el seis». Por cierto. ¿Hasta cuándo se va estar llamando pepé?

JortizrochE

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