Falta de diálogo

Hace apenas unos días asistimos a una entrevista que los sres. periodistas de TVT le hicieron al nuevo alcalde presidente del Excmo. Ayuntamiento de nuestra ciudad y, en verdad, que las preguntas de los mismos carecieron, a mi juicio, de un poco de profundidad en los temas que trataron sobre la política de nuestro actual equipo de gobierno. Lo que sí quedó evidente fueron las declaraciones de nuestro sr. alcalde y sus intenciones con respecto a los problemas acaecidos sobre la contratación de las basuras (que ha llevado a uno de nuestros alcaldes a prisión por prevaricación en este asunto), y el transporte público.
El sr. Dolón manifestó su intención de rescindir el contrato que actualmente está en vigor y, de ser posible y obtener la autorización del Gobierno central, municipalizar el servicio de limpieza, bien en su totalidad o en una empresa mixta. También se manifestó, en el mismo sentido, con el transporte público. Este último, a mi entender, es un auténtico desastre, los autobuses no van lo suficientemente limpios, no cumplen los horarios y la distribución de sus recorridos es caótica (yo, que llegue a utilizarlo en algunas ocasiones, tardaba desde el lugar donde confluyen casi todas las líneas a mi casa de Los Balcones, que hay 4,5 km., más de una hora; claro está, dejé de utilizarlo). Y es que, según creo yo, este servicio parece ser un monopolio de la empresa concesionaria, ya que pienso que el Ayuntamiento le debe mucho dinero y no puede cambiar de compañía de transportes, aunque nuestro alcalde se manifestó a favor de, al igual que las basuras, municipalizar dicho transporte público.
La empresa pública, según la Unión Europea, define a una empresa pública como cualquier empresa en la que los poderes públicos puedan ejercer, directa o indirectamente, una influencia dominante en razón de la propiedad, de la participación financiera o de las normas que la rigen. Esto, por un lado, no es malo, pues contribuye a la distribución de la riqueza entre los trabajadores y a la generación de empleo, pero tiene una diferencia importante con la empresa privada y es el factor rendimiento. La empresa privada genera un rendimiento mayor que la pública y sus beneficios, una pequeña parte, se distribuyen entre los socios que la han promovido y arriesgado sus bienes, el resto, en su mayor parte, vuelve a la inversión y generación de puestos de trabajo y hace las empresas más fuertes ante los mercados, generando el aumento del consumo, hecho primordial en cualquier economía. En la empresa pública existe una mayor pasividad y absentismo en el trabajo, esto está a la vista en el propio Ayuntamiento.
Al principio de nuestra democracia, entre los años 77-78, mi suegro, en paz descanse, ex-jefe por jubilación del Servicio de Información de la Guardia Civil en Murcia (Brigada Criminal), y yo decidimos entrar y colaborar con el partido político Alianza Popular. Estuvimos trabajando un tiempo ayudando en los quehaceres burocráticos de dicho partido hasta que llegaron las elecciones. Entonces vimos y comprobamos las luchas, zancadillas y maniobras de aquellos que, en la sombra, querían ser los elegidos para los primeros puestos y cargos en el poder; al ver todo esto, mi suegro me dijo: «chiquito (pues así solía llamarme a veces), vámonos a nuestra casa que esto no es para nosotros», y, desde entonces, tanto él como yo dejamos la política en todos los conceptos.
Todos nosotros, en la medida que nos reflejamos en los demás, nos damos cuenta de que somos personas, cada uno con su forma de pensar y actuar, con una plena libertad (no me refiero al libertinaje), cuyo respeto debe ejercer hasta donde llega la libertad del otro.
Estoy de acuerdo con nuestro sr. alcalde de que se han gastado inmensas cantidades de dinero en obras espectaculares pero que no tienen utilidad para nuestra sociedad, o están mal hechas, o no sirven para nada. Ahora hay que buscar cómo emplearlas o dejarlas de adorno en el paisaje. ¿Qué dirían Vds. si, con el 10% del coste de una de estas obras, se hubiera podido construir un albergue para aquellas personas que duermen en la calle o se refugian en coches abandonados o portales de edificios del frío y de la lluvia? Estarían de acuerdo, ¿verdad?
Veo una falta absoluta de sentido común en nuestros políticos a nivel local y nacional. Se insultan, se ofenden, se critican, se desprestigian unos a otros, llegando hasta el odio y el rencor personal, y sólo por alcanzar el poder, pues estoy seguro de que a la mayoría de ellos no les importa la sociedad para nada.
La anterior corporación municipal hacía cursos para los desempleados, sólo en temas de construcción, haciendo plazas y más plazas, sector que actualmente no tiene ningún futuro. A nadie se le ha ocurrido hacer una escuela de emprendedores, como por ejemplo la ADL de Santa Pola, que me pasa semanalmente todas las ofertas de trabajo y cursos que realizan y establecen para todo aquel que esté desempleado, dándole un giro a su vida, enseñándoles lo que hoy y actualmente se necesita y demanda el sector empresarial. Esta semana, por ejemplo, ha convocado un curso de inglés de 40 horas para A1, A2, B1 Y B2. En la web de Caritas Inmaculada (www.empleovicaria1.org) y en su ubicación en la C/Vicente Blasco Ibáñez, 43, tienen las ofertas de trabajo que publican las ADL de Torrevieja, San Javier, Santa Pola, Convega, Guardamar del Segura, etc., o sea, casi toda la Vega Baja.
No tengo más espacio en el periódico, pero en el próximo número, les demostraré lo que es un pueblo emprendedor, vivido personalmente en este último puente del 9 al 12 de octubre.

Carlos García

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