«Me planto» (¡pues menudo soy yo!)

Manuel Bueno
Director de Colesterol Teatro

Un día de estos me planto. No, no hablaré esta vez de teatro ni de política (que, de paso sea dicho, ni el alcalde de Torrevieja, ni el concejal de Cultura, ni Manuel Esteban siguen sin dar solución a mi reclamación sobre la factura que Colesterol Teatro debería haber cobrado por su participación en la Muestra de Teatro en Torrevieja 2014. Sí, el IMC perdió la factura y, después de 2 años, ahora nadie se hace cargo del pago de la deuda). Pues eso, que esta vez no me referiré a la mediocridad e ineficacia de los funcionarios de este pueblo en sus «habilidades», referidas al cumplimiento de sus tareas. Que no, que esta vez, me planto de raíz. Sí, quiero ser un vegetal. Un árbol. Y, si puedo elegir, pediré ser un castaño. Quiero respirar y moverme en armonía con el viento que a la vez me envuelva. Quiero tener las arrugas más bellas del bosquedal para invitar a todos los pájaros raros a visitarme y hacerles un sitio entre mis ramas retorcidas de tanto soñar. Quiero vivir a la intemperie, para conocer de primera mano, lo que sucede cuando dejo caer mi seca fruta, y, la gente entusiasmada, despliega su imaginación y su capazo para conseguir ese preciado alimento que les haga crecer en sabiduría y @mor. Quiero pertenecer al monte, a los caminos, a las orillas de los ríos, a las ardillas. Quiero estar en el pensamiento de la aldea. Ser también el jardín de un rico mineral. Que me toquen las manos y que me abracen los corazones inquietos de pasión. Que me trepen al viés los mañacos que no temen al presente y se sacian de él. Quiero empaparme de la tormenta de ideas que todo ser vivo me preste cada vez que me cruce en su destino. Quiero despedir la noche poco a poco, para que la oscuridad ilumine mis dudas y cada estrella me ayude a encontrar las coordenadas de la felicidad y del placer. Quiero escuchar atentamente el sonido de cada jazmín creciendo entre mis pensamientos temerarios y sin freno. Quiero sentir a las hormigas cosquillear mi corteza, nada cerebral,  y a las mariposas dar color a la tristeza de esta madera indescifrable.  Quiero huir de las plazas y las rotondas, de los parques y los jardines de ciudad. Quiero pertenecer a la inconquistable colina. A la maltrecha quebrada. Compañero de batalla de cada maltratado humedal, quiero ser. Combatir al hombre en su burocracia infernal, en sus ansias de arrasar, en su fatal pesadilla. Olvidar para siempre al ser humano, que muerto en vida está.

Quiero Ser arrayado (tocado por el rayo) con la luz del Universo y besado por un beso. Abducido, armonizado, desleído en una nube. Nebulizado. Abreviado. Ensimismado, como una sola cicatriz, con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida. Como diría Miguel Hernández.
#feliz verano

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