No está tan mal la cosa

Demasiadas veces, en el día a día, nos ponemos a cuestionar casos y cosas, en general, sin tener la necesidad de profundizar, por eso cometemos muchos errores, pero son riesgos que se corren. No obstante, si se tiene el corazón limpio de maldades, celos, tejemanejes, envidias y demás cacharrería negativa, cabe la posibilidad de que la cosa fluya, que las relaciones interpersonales sean mejores, vaya. A pesar de esto, hay cosas que te dejan perplejo, como, por ejemplo, cuestionar satánicamente los futuros Presupuestos Municipales sabiendo el esfuerzo que el actual equipo de gobierno (que tiene y tendrá aspectos cuestionables, claro) está poniendo con la rebaja del IBI, con la amortización de intereses de los bancos, con el pago de intereses de demora de diversas sentencias por expropiaciones, incrementar en lo posible el capítulo de inversiones con recursos propios para mantenimiento de alumbrado público, arreglo de aceras, limpieza de calles y dependencias municipales, disminuyendo sustancialmente la deuda viva del Ayuntamiento, atendiendo las necesidades de los más desfavorecidos, colaborando todo lo posible con las oenegés y las entidades deportivas… En fin, yo creo que reinventando un poco nuestra pequeña y maltrecha historia. Seguro, seguro, que cometerán pifias importantes, y para eso existe la leal oposición: para denunciar y, en lo posible, hacer que el gobierno municipal recule, como por ejemplo ha pasado con Don Soria, Don Guindos y Don Mariano. Ya lo de Rita Barberá no tiene nombre ni enmienda, ni Dios que lo entienda. Ah, por cierto, acabo de leer que el Banco de España ha dicho que aquellas perricas públicas, de todos, que dejamos para el rescate del sistema financiero, es decir, para los bancos, y que Don Mariano dijo taxativamente que nos las devolverían euro a euro, pues ya nada de nada: más de veinticinco mil millones a la «buchaca» de los ejecutivos y accionistas de los bancos. Una mentira más grande que la catedral de Burgos. Y, nada, entre mentirosos anda el juego.
Por otro lado, no entiendo muy bien por qué debe estar en funcionamiento el único centro educativo que queda en barracón. Los barracones tendrían que estar desterrados de la faz del suelo público, porque ya se ha visto el negocio que escondían, chanchullos, etcétera. A ver si Amanece de una vez por todas en el «Amanecer», que ya está bien, coño.

1 comentario

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*