¿Puede una esposa mentir por amor?

¿Puede el amor contra cualquier otro obstáculo? ¿Se puede ocultar una mentira por amor? ¿Puede una esposa amar tanto a su marido que no puede percatarse de la seriedad de sus acciones? ¿Puede una esposa, Pepa, mantener ese secreto por tanto tiempo? ¿Puede un marido, Felipe, amar tanto a su esposa que no ve, que no se percata, por años, de lo que tiene delante de él?
Los dos niños y las dos niñas parecían diferentes. Los muchachos eran rubios, con ojos castaños y grandes, mientras que las dos niñas tenían ojos azules y pelo rubio, mientras que la madre tenía pelo y ojos negros, el Padre tenía pelo rojo y ojos negros.
En un rutinario, pero completo análisis de sangre, pues el padre no se sentía muy bien de salud, el doctor le comunica que es diabético, anémico y que estéril, que no podría tener niños. Felipe le pregunta al doctor si podría repetir el análisis de sangre, pues pensó que podría tratarse de algún error. El nuevo análisis confirmó exactamente lo mismo, que era diabético, anémico y estéril.
Desconcertado y disgustado, Felipe se dirige a casa de sus padres. Él necesita una respuesta, que su madre se la da: «tu padre era estéril y tu abuelo también era estéril, lo siento». Entonces, ¿mis hermanos y yo somos o no somos… verdaderos…?», dijo Felipe.
Felipe reúne a la familia más cercana, necesita una aclaración, que su familia se la da: «Tu mujer siempre te ha amado mucho y tú querias hijos, que no podías tener. Pepa ha hecho lo único posible, como ahora sabes, porque te quiere. Ella no ha estado con ningún otro hombre, sino en contacto con una clínica de apoyo marital. Ella siempre te ha sido fiel, ella también quería niños, perdónala». Por la cabeza de Felipe pasaron millares de cosas y sentimientos, incluso infidelidad, traición… ¿Por qué su familia no le dijo la verdad? La necesidad y prioridad eran la verdad, porque el amor vence todas las barreras.
«No hay nada que perdonar, quiero a mi esposa y quiero a mis hijos con todo mi corazón, porque son mis hijos», dijo Felipe.

Jose Antonio Rivero Santana (JARS)

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*