La profecía

Cuando vi la famosa película creía que era una ficción, ahora ya no estoy tan seguro. El Anticristo encarnando por el diabólico niño Damien acababa en la Casa Blanca. Hoy la cosa está aún peor: Donald Trump no es Damien, sino un tonto útil rodeado de muchos Damiens de gatillo fácil. Llegó a su trono gracias a la manipulación de hackers, y los votos de egoístas inmigrantes legales que no querían que viniesen más compatriotas a quitarles el pan. Pero no basta con resignarse, ahora hay que ver lo que se puede hacer contra un tipo que firma bombardeos tranquilamente mientras se toma el desayuno, o echa un petardazo de 15 millones de dólares llamado «la madre de todas las bombas», olvidando que esa «madre» ya la echaron ellos sobre Hiroshima y Nagasaki. Ahora le toca a Corea del Norte, y parece que Donald Trump junto a los señores de la guerra quieren acabar de un plumazo con todo el orden mundial; puede que se hagan aún más ricos, pero sus planes son una falacia, porque de seguir con su escalada bélica, les va a faltar tiempo y espacio en condiciones como para disfrutar de sus jugosos beneficios. Hace años, la excusa fue Irak y las armas de destrucción + IVA, el mundo dio el visto bueno a EEUU para entrar a saco a expoliar el país. Ahora sale Rajoy junto a otros mandatarios europeos apoyando los bombardeos en respuesta al ataque con armas químicas en Siria. A ver… ¿Se tienen pruebas fehacientes de que fue Bashar al-Ássad? Sería conveniente investigarlo antes de dar el apoyo para bombardear un estado soberano. ¿Alguien se acuerda de lo que ocurrió en España después de la famosa foto de las Azores de Aznar? Llegó el 11 M. Mariano Rajoy no debería haber cometido ese mismo y arrogante error.

Rafa Zamora Sancho

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