Contaminación acústica en Playa Acequión de Torrevieja

Educación para la ciudadanía. ¿Cómo lograrla? Es difícil y sencillo. Difícil si sólo miramos al interés propio de cada uno, con avaricia y egoísmo, que nos lleva a comenzar a saltar como la lechera, que con el cántaro de leche en la cabeza, lo perdió todo.
Es sencillo si, conformándonos con menos intereses propios, tan vanos, no olvidamos lo que nos rodea y que de ello subsistimos. Todos y cada uno somos importantes. El hombre no tiene que ser un lobo para el hombre.
Y voy al caso: Un restaurante de la playa del Acequión, tan hermosa, que la denominamos bañera de lujo, porque es tranquila, segura, etc.; un restaurante con un ALTAVOZ fuera que hace todo el día «pom, pom», la contamina mucho. ¡Qué pena! Como si fuéramos a la playa a una discoteca, una fiesta, etc.
Protesto de su música en la playa, cero música, que no por eso su restaurante perderá. Al contrario, ganará mucho y el jefe también, con la cabeza centrada, sin grima del «pom, pom»; sólo pensando en él ganar, da contra él y todos los que descansan en la playa, porque quiero una Torrevieja con cada cosa en su sitio; y fui a ver el Concierto de Habaneras: Tres himnos a Torrevieja, cual a cual más precioso, y tenemos que ser cada ciudadano uno a uno quienes la mimemos, en los pequeños detalles, exigiendo y ayudando, machacando con constancia y paciencia, buscando el mejor camino de la ciencia en cada paso para que al ciudadano no le molesten los peros de uno para que se beneficien otros, a veces, manía del que los produce.
Aficiones sanas y ganar el pan con la alegría del entorno, no poniendo al entorno histérico, pero… ¿quién cambia al hombre necio? La educación y la fe.
No a la música en las pequeñas playas.

Amparo Fernández Valdés

1 comentario

  1. Sra. Fernández, en el tema de la contaminación acústica mi experiencia (y veo que la suya también) es que Dolón=Dolón

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