Ya nos ha tocado otra vez

Escéptico desde siempre, cuando casi todos los politólogos y analistas políticos han afirmado una y otra vez la excelente labor de nuestras fuerzas de seguridad, cosa que no niego, ojo, y que nos llevaban a la tranquilidad, ha tenido que llegar… Lo que «podía» llegar de una forma o de otra, como la catástrofe de Barcelona.
El pasado domingo, y en las misas de la mañana, se ha rezado por las víctimas del atentado. También se nos ha informado de que, en la Concatedral de Alicante, nuestro Obispo concelebraba una solemne Eucaristía en memoria de ellas y con el lema «por la paz y la concordia». Aquí, desde el campanario, han sido las dos palabras escuchadas con reiteración y que naturalmente nos han acongojado y deprimido para mucho tiempo.
Tiene España muy mala suerte con Cataluña y el País Vasco, las dos regiones que tanto se miran al ombligo y donde un nacionalismo, en estos tiempos aldeano, mira al resto de españoles con desdén y altanería. ¡Cuánto daño moral encierra eso, dentro de la nación más antigua de Europa! Ahora también se les arrima el populismo rampante recién llegado y que trae todas las herramientas del derribo institucional al que aspiran. No hay más que ver el protagonismo de un Govern que aprovecha la desgracia para hacer propaganda mundial de una imagen de independencia de facto… Leo con asombro que ya el «honorable» Pujol, además de forzar inicuamente una inmersión lingüística causante de todo este daño, propugnó en su momento el asentamiento masivo musulmán en Cataluña con vistas a sacar rédito político, como se está comprobando. Este hombre embaucador y que dentro de la política se ha enriquecido vil e ilícitamente, pasará a la historia como otro conde don Julián (¡o no!). Ya tiene Cataluña 400.000 musulmanes y muchas mezquitas, de las cuales se dice que en una de cada tres se imparte la doctrina salafista, la más radical e incitadora a la violencia. Es, pues, tierra conquistada, y allí podrán estar presentes los grupos más radicalizados. Mientras nuestro mundo navega, o quiere a toda costa navegar, por el Estado del Bienestar, que, pienso, ojalá me equivoque, se nos volverá contra nosotros como bumerán, se nos informa de que ese terrorismo lucha a muerte contra los valores de Occidente. Habrá que preguntarse qué valores nos quedan a los hombres de Occidente… Minutos de silencio y aplausos -¡a quién o quiénes!- y «altares» de velas y flores en las calles… ¿Sólo eso? Estamos inermes como zombis y votando en cada elección a unos políticos que tienen dos peliagudos problemas -no saben cómo resolverlos-, y que no son otros que la degradación de la Tierra a mano del Hombre, y el surgimiento de unas demoníacas fuerzas del Mal, que nos combaten como si los demonios fuéramos nosotros…
Pero, oye, querido lector/a, hago mutis por el foro, viajo mentalmente al desierto o la montaña y me sitúo en el rincón de pensar, al que se manda a los niños de ahora y… ¡Mira que si de verdad no nos estamos comportando como Dios manda…!
Naturalmente que me incluyo en el rebaño…

JortizrochE

1 comentario

  1. Un articulo excelente, el símil histórico muy apropiado de Jordi Pujol con el Conde D. Julián «… Don Julián es el nombre hispanizado que se le da al gobernador de Ceuta que ayuda a los invasores musulmanes a su entrada en Hispania, acabando así con el reino visigodo.

    Salú2.

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