Conseguir un trabajo semi-fijo en España es casi un milagro por numerosas razones, a no ser que sea muy mal pagado. Para intentar conseguir un trabajo indefinido o fijo se necesita un talento extraordinario, que ya casi no existen porque los mejores parecen haberse ido al extranjero a trabajar, donde los salarios y el respeto son mucho mejores. O si deseas obtener un puesto fijo necesitas tener unos padres o padrinos con grandes influencias; o… ¿ganar unas oposiciones? Ahí también los trabajos fijos parecen ir a los ¿conocidos de los examinadores o padres y padrinos influyentes? Similar a la democracia y la dedocracia.
Y si es tan complicado obtener un trabajo en nuestro país, tanto un decente temporal o indefinido, no los mal pagados, que son la mitad de los trabajos en España, ¿qué posibilidades tendrá de conseguir un puesto trabajo un ex-convicto/a que trata de enderezarse y re-entrar en nuestra sociedad?
Existen algunos hombres, en sus cuarenta, recogidos por sus hijos mayores y esposa después de salir de la cárcel, incluso con una formación profesional, que desean reinsertarse en la sociedad, pero que no encuentran la oportunidad de conseguir un trabajo, pese a sus grandes intentos.
A los españoles no se les pueden negar sus ansias de trabajo, especialmente a la clase trabajadora, pero el índice de producción es bajo si nos comparamos con la media europea; habrá que progresar, invertir en nuestra educación, tecnología e investigación para mejorar nuestra producción económica y educativa.
Tenemos entendido que en países como Alemania, Suecia…, a ex-convictos, refugiados, inmigrantes y abandonados se les intenta ayudar con una formación profesional y la posibilidad de un trabajo y, aparentemente, ayuda monetaria para suibsistir.
No nos crucemos de brazos, no nos quejemos. Tendremos que pensar y planear, decidir y ejecutar, y a los que rompen la ley, sea quien sea, aplicarles la ley con determianción, sin paliativos o discriminación.
José Antonio Rivero Santana
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