El egoísmo o vanidad sin fin

¿Has leído, visto u oído aquella frase «cuanto más te dan, más quieres», o «cuanto más das, más quieren»? Pues sí, los vanidosos, los egoístas, los engreídos, los corruptos, los fraudulentos, los ignorantes, los mentirosos… Todos quieren más y más, sin percatarse de que todo tiene un límite, que todo tiene un fin, sin percatarse de que todo lo malo perece y todo lo bueno crece, que existe una justicia esperándoles, aunque la vanidad de estos elementos es superior al pensamiento, y, algunos, lo crean o no, parecen preferir la vida en la cárcel, donde podrán disfrutar, al parecer, de superior formación y educación, comodidades y actividades.
En España, podríamos enumerar y mencionar a cientos de políticos, profesionales, artistas y deportistas, desde los tiempos de las Repúblicas y antes de ellas. Están en la mente de todos. El último vencido y humillado ha sido el sr. Rajoy, presidente, o ex-presidente, del PP, que jamás quiso admitir nada erróneo en su equipo. Para él todos parecían santos, como aquel que fue enviado a la cárcel por mentir para salvar a un amigo y cuando quiso decir la verdad no le creyeron y le duplicaron la sentencia.
Otros ejemplos famosos de extrema vanidad fueron Jean Claude Van Damme, John Travolta, Bette Davis…, que deseaban más dinero por sus contratos y terminaron casi arruinados porque los productores que les respetaban y representaban antes decidieron abandonarlos y ofrecer contratos a otros actores y actrices no tan ambiciosos.
La vanidad o el egoísmo jamás vencerán a la honestidad y la integridad.

José Antonio Rivero Santana

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