El ejemplo

Al girar, me encontré a mis amigos Íker, Cathy y a su hijo Jeff, de 7 años, quien estaba en cuclillas en la acera observando a unas hormigas, y muy en concreto a una de ellas, que transportaba un trocito marrón que a mi parecer era una diminuta porción del ala de otro insecto, y la cual dificultaba, por las ráfagas de viento, su trayecto hacia el agujero del hormiguero, a más o menos un metro de distancia. El niño, muy cuidadosamente, cogió el trocito del ala y transportó a la hormiguita, que se aferraba a su alimento, y la depositó justo en la apertura del hormiguero. Una vez realizada su noble actuación, nos comentó que tuviéramos mucho cuidado en n pisarlas, cosa que hicimos. Horas después, su padre, Íker, tras tan diminuto ejemplo, tomó una enorme decisión y abandonó para siempre la caza.

Darío Builes

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*