#MeToo… Mentodo

Se ha cumplido un año del hashtag #MeToo que denuncia el acoso sexual y la discriminación. Admito ser un «metomentodo» y reconozco que mi opinión no pueda equipararse a la de una mujer que haya sufrido acoso sexual. Dicho esto, me gustaría que alguien me aclarase lo siguiente: este movimiento surgió a raíz de destaparse tres décadas de impunidad del depredador sexual Harvey Weinstein (productor de las estrellas de cine). Han sido innumerables las actrices que «por fin» admiten lo que Hollywood sospechaba de puertas para adentro. Ellas reconocen que sufrieron abusos sexuales por parte de este productor. Muy bien, mejor decirlo tarde que nunca. Pero lo que no comprendo es que ahora vayan abanderando la causa siendo unas heroínas, unas valientes sin pelos en la lengua, vamos… un modelo a seguir. No señoras, no, está bien lo que habéis hecho, pero mejor hubiera sido denunciarlo hace tres décadas. De haber sido imputado por los delitos en su día, este personaje hubiera pasado de abusador a abusado en las duchas de la cárcel, y así no tendríamos tantas víctimas como hay ahora. Pero no, estas actrices «tan profesionales» optaron por seguir trabajando a las órdenes del repugnante productor y no decir ni mu (hasta hoy). El trabajo antes que la dignidad, se compró el silencio con el chantaje dando papeles protagonistas, y se pasó de la violación a prostitución de alto standing. La etiqueta «#MeToo» significa «yo también», y yo también quería dar mi opinión aunque sea políticamente incorrecta. Por el bien del feminismo, espero que no se permita tanta demagogia y postureo masivo.

Rafa Zamora Sancho

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