El Periódico de Torrevieja nº632

La capacidad de reacción ante desastres y situaciones de emergencia es un indicativo de la calidad de vida de un lugar. En estos días, se ha tomado el pulso a Torrevieja ante distintas situaciones catastróficas. En primer lugar, pudimos comprobar cómo se preparaban nuestros efectivos de Protección Civil para actuar en caso de incendio, rescate de heridos en accidente de tráfico, escape de gas y sepultamiento. También el Gran Simulacro Sísmico puso a prueba la capacidad de reacción de los distintos cuerpos de seguridad y emergencias ante un posible terremoto de gran magnitud, además de entrenar a los escolares para ponerse a salvo en caso de seísmo. Y, unos pocos días después, tocó pasar a la acción: una tromba de agua de más de 100 litros por metro cuadrado anegó Torrevieja en tan sólo unas horas. El lunes 19 de noviembre se convirtió en un día caótico en Torrevieja, con suspensión de clases en colegios e institutos, interrupción del transporte urbano, cortes de carreteras, inundaciones en viales y en inmuebles, playas destrozadas… Unos responsabilizan a la construcción desmedida de décadas anteriores, mientras otros apuntan a quienes vinieron después por «no poner remedio», pese a las reiteradas obras realizadas durante los mandatos de los últimos Gobiernos municipales. En cualquier caso, fue un día en el que Bomberos, Protección Civil, Agamed… redoblaron esfuerzos para hacer que todo volviera a la normalidad en el mínimo tiempo posible. Y es que todo vuelve a fluir gracias al trabajo silencioso de quienes hacen que la ciudad no pare. A todos ellos, muchas gracias.

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