La falta de emprendedores

En El Periódico de Torrevieja, editado por Torreguía, correspondiente a la 1ª quincena del mes de noviembre, leí un artículo titulado «Mineros del oro negro», escrito por el Portavoz del Grupo Municipal de Izquierda Unida Torrevieja (EUPV). Dicho señor, y con todo mi respeto, si no lo he entendido mal, nos hace una comparación entre la dureza del trabajo en las minas y el de los trabajadores de limpieza de nuestra ciudad, hecho que yo no comparto, pues, en mis recorridos por casi toda España, pues, me gusta viajar frecuentemente para conocer mi país y realizar mi afición favorita, que es la fotografía, he visitado muchas minas, actualmente en desuso, debido a que no resulta rentable su explotación, no sólo al sector privado, sino también para el público. De esto entiende y sabe mucho el Señor Solchaga, Ministro de Industria con D. Felipe González y posterior Ministro de Economía en el mismo Gobierno, pues, ante el bloqueo industrial que teníamos en nuestro país después del franquismo, tuvo la desagradable misión de liquidar, prácticamente, todas aquellas industrias del INI (Instituto Nacional de Industria) que no eran rentables, entre ellas Los Hornos de Sagunto, Los Altos Hornos de Vizcaya, los Astilleros del norte y muchísimas minas que, al estar subvencionadas por el Estado, suponían un tremendo coste para el pequeño y mediano contribuyente. Su gran labor fue la reindustrialización de nuestro país, haciendo mediante privatizaciones una nueva industria moderna y abierta al mundo competitivo y al exterior como fue hacia Europa, países del Este y EEUU. A día de hoy, todavía quedan industrias mineras que, de acuerdo con las indicaciones de la CEE, deberían estar cerradas por el motivo antes expuesto, o sea, porque no son rentables y están subvencionadas por el Estado con el dinero que nosotros contribuimos y, siguen operando por el solo hecho de mantener el poco empleo que aún tienen.
Muchas de estas minas han sido limpiadas, remodeladas y modernizadas con proyecciones de cómo se trabajaba en las mismas antiguamente, y están siendo explotadas turísticamente por los Ayuntamientos a los que pertenecen. Yo le recomiendo que vaya a ver las establecidas al suroeste de la provincia de Castellón, que antiguamente suministraban todos aquellos minerales que se fundían y trabajaban en Sagunto.
¿Por qué titulo este artículo como «La falta de emprendedores»? Pues, muy sencillo, porque los torrevejenses somos personas muy hospitalarias y acogedoras, pero muy poco emprendedoras y laboriosas. Les pongo por ejemplo el famoso «boom» inmobiliario. ¿Quiénes se hicieron millonarios en nuestra ciudad? Los que vinieron de otras partes de España a comprar terrenos y construir todo lo que quisieron en nuestro antes hermoso rincón de paz y sosiego.
Les voy a poner un ejemplo verídico y que actualmente funciona de forma admirable. He estado 40 años trabajando para una entidad financiera, la cual me proporcionó estudios y conocimientos, lo suficientemente amplios para desempeñar puestos de directivo en la misma. Estando en la ciudad de Crevillente, entonces como Interventor en una de sus sucursales, teníamos como cliente a uno de los grupos industriales más importantes sobre la fabricación de alfombras, del cual solamente voy a indicarles las iniciales por dos cuestiones, una por la Ley de Protección de Datos, y otra, por el secreto bancario. Este grupo industrial disponía de varias factorías de producción con más de 250 empleados y sus iniciales eran G.S. Su propietario se encontró con un dilema, el cual fue que le llegó el momento de jubilarse y ninguno de sus descendientes quería hacerse cargo de la industria, pues habían estudiado otras carreras completamente opuestas a lo que deseaba su padre, por lo tanto, no sabía qué hacer con todo aquel parque industrializado, o venderlo, lo que no le gustaba, o hacer lo que hizo, prestárselo a sus empleados y trabajadores. ¿Y qué hicieron éstos? Aceptar lo que les proponía su jefe y propietario, por lo que cada uno de los empleados solicitó, de forma individual, un préstamo personal por importe de 10.000,00 pesetas, con lo que su aportación total al negocio para darle liquidez, fue de 2.500.000,00 pesetas, haciéndose cargo cada departamento de sus funciones. Se respetaron los sueldos que ya tenían y el grupo siguió funcionando con un notable éxito.
¿Por qué les cuento esto? Pues porque la empresa que tiene adjudicado el servicio de limpieza en nuestra ciudad pertenece a una multinacional representada por un holding de unas 200 empresas vinculadas entre sí, que opera en casi todo el mundo, pues desde Europa, EEUU, Australia, Sudamérica, Filipinas, etc. se extienden sus intervenciones industriales y comerciales por sectores de producción. Yo me interesé cuando oí hablar de municipalización de este servicio y me pareció de unas grandes dificultades, pues, entre los sectores productivos del holding, estaba el de servicios a municipios, el cual, sacadas sus cuentas anuales por Internet, era deficitario, o sea, que perdía dinero en el mismo, por lo que se entiende su falta de interés en la renovación de maquinaria y trabajadores. Además, no se puede hacer funcionarios a todos sus trabajadores de un plumazo, sino que habría que convocar las correspondientes oposiciones y, además, abiertas a todas las personas, o sea, no restringidas a solamente los empleados de dicha sociedad.
Según mi criterio, sobre el que puedo estar equivocado, yo, de haber sido miembro del Gobierno municipal, hubiese creado una sociedad mixta o comanditaria, en la que, de una parte, estaría el Excmo. Ayuntamiento como administrador y aportante de capital y, por la otra, los trabajadores como socios de la misma, pudiéndose haber encontrado una solución de este tipo, aunque hubiese sido mediante otro sistema, que podría haber sido el cooperativo e incluso aportando dichos trabajadores un pequeño esfuerzo económico de contribución al tipo de entidad jurídica que se hubiese estimado conveniente, habiéndose así resuelto el problema, en el que el Ayuntamiento habría sido la parte dominante, sin la necesidad de hacer funcionarios a los trabajadores.
No le tengan miedo a la privatización. Está suficientemente probado que es más eficiente y ofrece más productividad que el sector público. El ejemplo lo tienen ustedes en el sr. Solchaga y el sr. Boyer, ministros del PSOE, el primero con el INI, que eliminó las empresas que no generaban beneficios y privatizó las que eran rentables, y el segundo, con el Grupo Rumasa, cuya intervención no fue política, sino por consejo del Banco de España, que tenía conocimiento de que los 18 bancos que tenía dicho grupo estaban en quiebra, así como las 300 empresas del mismo grupo, de las cuales las rentables fueron vendidas al sector privado y las que no se pudieron vender se disolvieron, por lo que representó un gran coste para el Estado.
Lo mismo ocurrió con los bancos públicos: Banco de Crédito Agrícola, Banco Industrial, Banco Exterior de España, los cuales fueron unificados y se formó la sociedad Argentaria, la cual adquirió el BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria).

Carlos García

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