Principio de año

Estaba felizmente decidido a cambiar la cabecera del artículo, pero he pensado, sin reflexionar mucho, que no merecía la pena. No fue mal el año pasado conforme iba caminando a la izquierda. Y no tiene por qué irme fatal este nuevo curso de escritura en libertad. Pero antes tenía dificultades este medio para respirar siquiera, por mor de la libertad exhibida en sus páginas, y ahora es bien distinto, creo. Fluye la libertad de opinión y de crítica en todas sus colaboraciones, creo.
Dicho esto, es evidente que en ese mundo, en este país nuestro, en esta ciudad abierta al mar, siguen ocurriendo cosas de distinto pelaje. Y, mientras tanto, me entretengo o me cabreo con entusiasmo o me enfado vertiginosamente o clavo una indulgente sonrisa sarcástica para tratar de llevar el día, la semana, la quincena y el mes. El caso es que sigo creyendo, a pies juntillas, en la sensatez, cordura y bondad del ser humano. ¿Voltairiano o Rousseauniano? Puede ser. Veo que las primeras medidas del presidente de Brasil, Bolsonaro, en cuanto a los indígenas, los funcionarios con ideas socialistas o comunistas, los derechos de las mujeres, y la educación en las aulas sin Marx, ni el Ché, ni nada que se le parezca y sin repudio a las dictaduras… no pueden traer nada bueno desde los Reyes Magos, y eso sin contar con el rey negro Baltasar. Tampoco hay por qué demonizar a esos cuatrocientos mil votantes de Vox en Andalucía: cada uno será de un padre y una madre, no de la misma madre ideológica, digo yo. Yo puedo decir en libertad que no me gusta para nada su No Programa, porque no tienen programa por dónde cogerlo, y que esos tres partidos de derechas unidos pueden gobernar si es que de verdad se aclaran.
Y, por otro lado, para concluir esta quincena, veo que los Presupuestos Municipales 2019 estás preparados; ahora resta saber si toda la oposición en pleno y en vanguardia votarán en contra. Supongo que habrán consignadas cosas buenas y menos buenas en el borrador de presupuestos, pero se me hace urgente una pregunta: ¿no se pueden aprobar por todos, y el equipo de Gobierno que salga de las próximas elecciones modificar aquellas partidas que crean que son susceptibles de modificación y mejora? ¿No debería primar el interés de la ciudadanía? Bueno, igual es una memez todo esto que apunto, pero es que tenía ganas de soltarlo sin miedo a la libertad.
Del conflicto intergeneracional, estatutario, asambleario y de elecciones a la presidencia del Casino ya escribiré algo, sin maldad, por supuesto, en mi próximo artículo, a pesar de los pesares. Cuídense.

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*