Presupuestos Generales del Estado para 2019

He tenido la ocasión de echarle un vistazo a las cifras macroeconómicas de los nuevos PGE para el 2019, en la edición en Internet, por medio de uno de los diarios más importantes del país, y la verdad es que, aunque la presentación es muy bonita, los resultados, a mi entender, no los veo tan claros. Dichos presupuestos se elevan en el gasto social (como casi siempre pasa con los presupuestos socialistas), de forma tal que los españoles tendremos que pagar unos 20.000 millones de euros más que este año que hemos pasado, pero lo peor no es eso, sino que la argumentación es tan pobre que un niño de primaria lo haría igual si tuviese una máquina de hacer caramelos. No es más que la cuenta de la vieja, subo el gasto social y lo compenso cobrando más impuestos a los españoles, o sea que, como si tuviésemos una fábrica de hacer euros, le damos a la manivela y ya está, no existe lucidez ni ninguna estrategia que haga aumentar los ingresos por generación de trabajo, o sea, aumento de las cosechas.
Dicen que las personas con las rentas más altas, unos van a pagar 2 puntos más en los impuestos tributarios y otros 4 puntos más, pero esto no soluciona nada de esos 20.000 millones, el resto lo tenemos que pagar los de a pie con los impuestos indirectos, el IVA, la gasolina, el gasoil, la energía eléctrica y el aumento de los precios, pues, en dichos presupuestos, existen dos indicadores de que baja el consumo, por lo tanto, hace falta menos producción, menos trabajadores y más subsidios de desempleo.
Cuando se hace un presupuesto, se busca la máxima eficacia con el menor coste posible, hecho que en estos nuevos presupuestos no se ha tenido en cuenta para nada. Solamente se ha dicho: vamos a incrementar el gasto social y que lo paguen los contribuyentes. No se ha tenido en cuenta para nada que los trabajadores hemos perdido poder adquisitivo en estos últimos años, mientras los directivos están ganando un 40% más, hecho que no es equitativo para que ahora nos incrementen los impuestos indirectos y nos encarezcan la vida.
Otro elemento importante y que me ha dejado un poco enfadado es que el 18% del PIB catalán lo va a financiar el sr. Sánchez con los nuevos presupuestos, hecho que me parece deleznable y de un interés político despreciable, pues eso no es ni más ni menos que comprar los votos de los independentistas para poder aprobar estos presupuestos.
Les van a subir las cotizaciones a la SS a los autónomos, más a sus empleados el sueldo mínimo interprofesional a 900€. Esto representa que a los pequeños y medianos empresarios se les incrementan los costes de la Seguridad Social y de personal, por lo que tendrán que cobrar más caras sus intervenciones laborales, lo que representa una ralentización del ritmo de trabajo para estas personas, por lo que tendrán que quitarse obreros y gastos para poder competir con las grandes empresas.
Ahora Uds. dirán: «éste todo es criticar, pero él no dice nada de lo que haría en el puesto de los sres. del Gobierno». Pues sí, les voy a decir lo que yo haría en lugar de lo que piensan hacer.
Si Ud. va al mercado y comprueba que el pescado fresco está barato y que hay cola para comprarlo, pensará en comprar también. Pongamos otro ejemplo: si Ud. entra al mercado y en un puesto las naranjas están a un precio, pero ve que en otro puesto más allá hay más personas comprando, entonces se acerca y comprueba que allí las naranjas están bastante más baratas, ¿dónde compraría Ud.? Pues lo mismo pasa en la economía. Si en lugar de encarecer los servicios e incrementar los impuestos es posible que el Gobierno recaude un poco más, pero, si abarata la SS y los impuestos, las empresas contratarán más personal, el consumo se verá incrementado y, por lo tanto, se crearán muchas más empresas pequeñas y medianas que, dada su rotación, generarán más ingresos al Estado que de la otra forma, pues habrá más cotizantes a la SS y más personas que tengan que hacer la declaración de IRPF y el IS. Que, de la otra manera, como decía el tío Paco, que vendía la cerveza con aperitivo a tres pesetas, y el de enfrente cobraba 7, y cuando yo le preguntaba cómo hacía aquello me contestaba: mientras el de enfrente vende dos cajas de cerveza, yo vendo siete, por lo que gano mucho más que él. Aquí tienen el ejemplo.
Esta técnica a nivel Gobierno ya ha sido probada con una notable éxito. En cambio, lo que se pretende hacer nos da pocas esperanzas de crecer y crear riqueza.
Es posible que esté equivocado, pero he visto más ejemplos a favor que en contra de lo que estoy diciendo. No obstante, me alegraré de equivocarme y de que nuestro país crezca y se desarrolle cuanto más, mucho mejor.

Carlos García

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