En estas fiestas, los niños suelen pedir a Papá Noel o los Reyes Magos una mascota, y los padres, para que dejen de dar la «murga», se la compran, aún a sabiendas de que el animal va a ser maltratado por los pequeños, que le tiran del rabo, orejas, se tumban encima… También la madre, cuando se hace sus necesidades, le arrea un zapatillazo (o varios). Si es hembra, al tener el primer celo, va a la calle, y si es macho no se libra del abandono, bien en Semana Santa o en verano. ¡Negro destino para esos inocentes cuadrúpedos! ¡Decidle a vuestros hijos!: ¿A ti te gustaría que te arrancaran de mi lado por la fuerza, y fueras a una casa donde no pudieras comer lo que te apetezca? Si te haces pis, te pegan. Tus amos te estarían molestando y no te dejarían dormir a gusto. Te llevarían a la calle con la cuerda al cuello y, cuando fueses mayor, te tirarían al arroyo, expuesto a ser atropellado por los coches o atacado por perros grandes; es más, la gente te tiraría piedras y te daría patadas. Reflexiona y confórmate con uno de juguete que emite los mismos ruidos que los de verdad. A los niños es muy fácil convencerlos con argumentos razonables. La clave está en los padres, que se comportan con poca responsabilidad: así salen los niños, que no sienten ni amor ni respeto por los más débiles e indefensos, y pasa lo que pasa. Conozco el caso de un loro, al que el nene de la casa se entretenía en pegar palos a la jaula, y el animal, presa del pánico, perdía las plumas al chocarse con los barrotes de su habitáculo. Por suerte, se lo regalaron a una señora que lo trata a cuerpo de rey. El 19 de diciembre, a las 13:30 h., junto a la Plaza de Abastos, un crío llevaba un caniche negro todo lleno de nudos en el pelo y completamente sucio. ¡Qué vergüenza tener así a un perro tan bonito! Los famosos nos aconsejan no coger mascotas que luego son abandonadas. Este año, aunque yo no sea famosa, os digo lo mismo. ¡¡Cuesta muy poco hacerlos felices!!
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