Desde el Campanario, nº348

Todos sabemos que hoy en día casi todo lo medimos en cifras relativas, o sea, que para saber si estamos haciendo una cosa bien, la debemos comparar con una media de algo o alguien que esté en relación con aquello que nos interesa medir. Por ejemplo: las empresas miden su crecimiento en cifras relativas, los bancos miran el crecimiento de sus beneficios en cifras relativas y, a través de ellas, comprobamos qué empresa es la más rentable, la que más ha crecido o aquellas que no crecen o pierden cota de mercado, etc. Actualmente, estamos en unas fechas en las que podemos apreciar en los medios de comunicación las juntas de accionistas y los grandes logros alcanzados en beneficios por unas u otras empresas.
Pues bien, también existen otras cosas que se miden con cifras relativas o índices, por ejemplo, la evolución de la educación de un país. Si Uds. quieren asombrarse de los logros  obtenidos en el nuestro, solamente tienen que leer o escuchar el informe PISA (manual de análisis de datos de la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), en el que podrán observar cómo nuestro país ha alcanzado las cifras más bajas de los últimos años. Estamos por debajo de la media «mundial», hemos perdido 22 puntos en lectura, así como en ciencias y matemáticas, pero no sólo es eso, sino que las diferencias educativas entre algunas de nuestras comunidades alcanzan la cifra de 47 puntos. Éste es un informe que pueden ver en un vídeo que la UDE ha puesto en circulación en su web.
Creo que si tuviésemos estadísticas de botellones, falta de incentivos en el estudio, radicalidad de posturas, falta de respeto en las aulas (entre los alumnos y hacia los profesores) y una pérdida de ética moral, obtendríamos uno de los primeros puestos en ranking establecido para ello.
¿Qué pretenden con la «Logse» y su blindaje? Tener una sociedad inculta y manejable, que no piense y alcance ciertas respuestas que no interesa que se obtengan, que se trague todas las demagogias que se nos están ofreciendo, que aprendamos a insultarnos y descalificarnos unos a otros, como ellos hacen, llamándose incluso «imbécil», etc. ¿Por qué no se quiere aplicar la Ley de Calidad de la Enseñanza, aprobada por las Cortes de todos los españoles y derogada posteriormente por el partido en el Gobierno? ¿En qué quieren convertir a nuestros jóvenes?
Recuerdo unas palabras de Jesús, en el Evangelio de Mateo, donde dice: «Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestido de oveja y por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se cosechan uvas de los espinos o higos de los cardos? Así también, todo árbol bueno da frutos buenos, pero el árbol malo da frutos malos.
¿Dónde quiero ir? Pues muy sencillo. Si existen países cuyos índices de educación van creciendo y alcanzando cotas superiores, ¿por qué el nuestro no y lo que hacemos es ir en dirección contraria? ¿Por qué muchos buenos estudiantes de nuestro país se tienen que marchar a otros para poder avanzar en sus estudios e investigaciones y alcanzar conocimientos similares a otros entornos, para poder competir en Europa y en el mundo? ¿Por qué estamos en situación de importar médicos de otros países? ¿Es que ya no tenemos en el nuestro? Contéstense a estas preguntas.

Carlos García

PS: Torrevieja precisa de un albergue o casas de acogida para personas de paso que no tienen posibilidades económicas y están en extrema pobreza, pernoctando en el frío y la inseguridad de la calle. Exijámoslo.

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