¡¡¡Lo que es la fama!!!

Sucedió en Torrevieja, pero ya es habitual en todas las ciudades de España, en nuestra radio y, obviamente, en nuestra televisión…
El pasado viernes, fui a cenar a un restaurante de nuestra ciudad -y, por qué no decirlo, de los buenos que tenemos-, que estaba prácticamente vacío, e intrigado ante la movida de mesas que iban de un lado para otro, no tuve más remedio que preguntar a los camareros a qué se debía tanto movimiento inusual… y, con todo orgullo, uno de ellos me contestó: «es que mañana viene Darek». Podrán ustedes suponer la cara de asombro del camarero, cuando, inocente de mí, pregunté: «¿Quién es el Darek?». Debió de pensar que yo era un marciano… Contestó rápidamente, y hasta con el mismo tono de orgullo: «el ex de Ana Obregón». Menos mal que sabía quién era la Ana Obregón, porque si llego a preguntar quién era ella, creo que me echan del restaurante.
Y, así las cosas, al día siguiente, o sea, el sábado pasado, cuando volví a mi casa (ya que vivo muy cerca del restaurante), y quizás un poco picado por la curiosidad, fui a ver lo que pasaba… Había mucha gente en la calle, muchos coches, guardias de seguridad, guardaespaldas y hasta un Lamborghini amarillo aparcado en doble fila para llamar más la atención, un montón de niñas, por no decir «niñatas», que iban de un lado a otro sacándose fotos, y un importante grupo de marujas en pijama y bata de casa bebiendo cubatas, ¡¡¡que esperaban para ver al Darek…!!! Sí… y aunque ustedes no lo crean, estaba lleno de gente esperando para ver al «famoso», y mejor ni hablar de los gritos de la gente cuando salió a la calle para ir a la discoteca, como si estuvieran en un campo de fútbol.
Pero, ¿cómo ha llegado nuestra sociedad a este punto? Porque no estamos hablando de un político…, ni de un intelectual…, ni de un músico…, no era nuestro Raúl del Real Madrid, ni Ronaldinho del Barça, ni mucho menos Alonso, que entre carrera y carrera había venido a cenar a Torrevieja, ¡¡¡no…!!! Era uno de esos tantos «famosos» que lo único que tienen para mostrar en su currículum es que se han acostado con una artista, y ni siquiera podemos decir… con una de nuestras grandes artistas (¡¡¡que las tenemos, y muchas!!!), pero claro, ésas no se prestan a «movidas» de esa clase, más bien porque no lo necesitan…
Pero bueno… ¡¿dónde estamos?! ¿A qué aspiramos? Recuerdo que, cuando era niño, mis padres siempre me decían: «estudia, ve a la universidad y haz una carrera, así podrás llegar a ser alguien en esta vida»… Cuando tuve hijas, hice lo mismo, y ahora mis hijas hacen lo mismo con mis nietos, y, total, ¿para qué? Si con salir en la tele por acostarte con alguien conocido ya eres famoso, vas de canal en canal contando tu vida y cobrando por ello, te traen a Torrevieja y te invitan a cenar, te llevan luego a una importante discoteca y te tratan a cuerpo de rey, y encima te pagan… Ya sé… ¡¡¡qué vamos a hacerle…!!! La vida es así… ¡¡¡Ayúdenme…!!! Todavía no he podido llegar a ninguna conclusión viendo esto… ¡¡¡NO SÉ SI REÍR O LLORAR…!!!

H.Z.

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