El área de salud 20 de Alicante, al crearse el nuevo Hospital de Torrevieja, se desglosó en dos nuevas: la 21, de Orihuela, y la 22, de Torrevieja. El área 21 ha quedado con un hospital público de gestión pública. Recientemente, hemos visto cómo han tenido que tomar parte activa distintas asociaciones oriolanas y del entorno de la comarca para pedir compromisos a las administraciones y pedir soluciones tanto en el aspecto de falta de personal como en el de medios materiales y humanos. En las dos áreas ha habido un denominador común: la salida masiva de profesionales. ¿Qué está pasando en la Vega Baja que muchos profesionales se han ido de «espantá» a otros lugares?
Por fin, la Conselleria de Sanidad ha manifestado que, tranquilos, que el hospital no se va a privatizar y que van a dar soluciones a los diferentes problemas que vayan surgiendo; por otro lado, se ha convocado el Consejo de Sanidad, presidido por la alcaldesa y distintos medios sociales, como sindicatos y otros, con el compromiso por parte de la alcaldesa de convocar una nueva reunión para antes del verano. La situación no es muy idílica, pero parece que se reconduce en el área 21.
La situación en el área 22 es diametralmente distinta. Este hospital procede fundamentalmente de las reivindicaciones de los grupos políticos de la oposición, así como del movimiento ciudadano, con 30.000 firmas, mientras en el parlamento valenciano el PP negaba la construcción del Hospital de Torrevieja con su alcalde a la cabeza; por fin, el hospital fue una realidad y una decepción, pues fue hecho con dinero privado (unión de UTEs), dado que la Generalitat no dispone o no quiere disponer de dinero público para la construcción del hospital, (se necesita mucho dinero público para invertir en hospitales de gestión pública). No piensen que quiero demonizar a las empresas privadas, nada más lejos de la realidad, la empresa privada es el motor de la economía nacional y su misión es ganar dinero, es lógico y lícito. Lo que no puede hacer la Administración valenciana como responsable de la gestión sanitaria es que las enfermedades se midan con baremos empresariales de rentabilidad económica. Yo soy partidario de gestionar bien los recursos públicos, optimizando al máximo, ser responsables de la gestión, como si se tratara de gestionar nuestra propia economía. Ese referente debe ser válido para toda la gestión pública: el ahorro y el no despilfarrar.
La ratio de cama hospitalaria por cada 1.000 habitantes en el Estado Español viene a ser de 5 aproximadamente, en la Comunidad Valenciana el 3’3, en el Hospital de Orihuela el 1’5 y en el de Torrevieja el 1’3. Como podrá observarse, la ratio más baja por comunidades está en la valenciana y, dentro de esta comunidad, el área 22, es decir, Torrevieja. Esta comunidad no emplea recursos suficientes. Son las comunidades gobernadas por el PP las que menos inversión dotan a la sanidad y servicios públicos. Lo que recomienda la OMS es una ratio de 8 a 10 camas hospitalarias por cada 1000 habitantes.
Como en este hospital prima la gestión privada, lo verdaderamente importante son los criterios de rentabilidad económica. Por ejemplo, son rentables las operaciones, no los postoperatorios. Dan de alta al día siguiente de operaciones complicadas y con drenajes puestos. Esto solamente ocurre en la en la sanidad privada y cuando el paciente tiene recursos limitados. Las enfermedades crónicas no son rentables, y entre ellas las mentales, siendo éstas el «patito feo» de la Sanidad. En la Vega Baja (Orihuela), existían 15 camas para estos enfermos y era difícil que hubiese camas vacantes. Estos enfermos, cuando ingresaban por urgencias, que es la mayoría de los casos de los ingresos, tenían muchas veces que esperar en urgencias un día o dos hasta que se producía una vacante. En el nuevo hospital es raro que las 10 plazas estén cubiertas, y las estancias son sensiblemente inferiores al del hospital de gestión pública. Los enfermos mentales han desaparecido en Torrevieja, siendo esta ciudad y su entorno el que mas ingresos daba a la Vega Baja. Se conoce que se han curado al pasar a gestión privada el nuevo hospital.
Que no haya malos entendidos. Estas situaciones las provoca la dirección o gerencia del nuevo hospital en su sana misión de empresa privada, de rentabilizar la gestión económica, y nunca los profesionales, cumpliendo las directrices de sus pagadores; para ellos, mi apoyo, respeto y solidaridad.
Joaquín Garrido Mena
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