La arboleda perdida

Adoración Fernández
Miembro de la ejecutiva local del PSOE de Torrevieja

Es lo que mejor sabemos hacer: lamentarnos de lo que se está haciendo, de lo que está pasando. En esta ocasión me refiero a la Plaza de Oriente, a su polémica nueva construcción. Antes de que esto ocurriera, los vecinos de dicha plaza comentaban en corrillos que de ninguna manera iban a consentir que se llevaran los árboles a otro lugar, y que mucho menos iban a consentir que los talaran, y que, si hacía falta, algunos del barrio estaban dispuestos a encadenarse al arbolado cual Tita Cervera, para impedir semejante crimen contra la naturaleza.
Durante meses fue la comidilla del barrio. «No lo consentiremos», decían, sobre todo algunas vecinas acaloradas, «no permitiremos que destrocen nuestro jardín». Pero tan pronto el señor alcalde habló con los vecinos mediante una puesta en escena de un proyecto deslumbrante y tan necesario para el barrio, ya a partir de aquella reunión, la actitud de la gente cambió y todos quedaron convencidos y de acuerdo, incluso los más críticos. Y, de repente, ese proyecto no era tan malo, pues el alcalde les había prometido que salvarían a la mayoría de los árboles, sobre todo los llamados de porte alto, y que dicho proyecto les beneficiaría muchísimo, ya que revitalizaría el Barrio de La Punta.
Tiempo después, los vecinos fuimos viendo con asombro cómo todos los chopos salieron de la plaza talados y con las raíces cortadas. Algunos, entre los que me encuentro, dijimos en prensa que eso no era lo prometido, lo acordado. Ellos argumentaron que los chopos no son susceptibles de ser trasplantados. Pero estos árboles sí son susceptibles de ser trasplantados, pero no en época de calor, hay que esperar al otoño, o mejor al invierno, ya que nuestra zona es muy calurosa, y para asegurar el trasplante es indispensable que el clima sea frío.
Las explicaciones que nos dieron para justificar sus tropelías atentan contra la inteligencia de los ciudadanos. Aunque no quiero pensar que puedan tener razón y que, efectivamente, la ciudadanía sea cándida y crédula con todo lo que promete el alcalde. O tal vez sea que los ciudadanos tenemos miedo a manifestar públicamente lo que queremos y a defender nuestros intereses. Pero lo que ha olvidado el pueblo torrevejense es que los ciudadanos tenemos todo el derecho a manifestarnos y a exigir lo que queremos y lo que nos gusta por todas, absolutamente todas las gestiones públicas se hacen con dinero público, es decir, el nuestro.

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