Brigitte Bardot
¿Quién no se habrá conmovido al oír las historias de piratas y bandoleros, aunque haya que ser joven para emocionarse con su éxito pasajero, por más que todavía leemos las hazañas de Robin Hood? Y el Quijote se sirve de ellos para enaltecer sus proezas poco antes de su llegada a Barcelona, cuando se viera rodeado de una cuarentena de bandidos.
Pero es que se me ha ocurrido buscar por medio de la enciclopedia Google las listas de historietas de aquellos bandoleros de comienzos del siglo XX y sus ediciones resultan casi interminables. Reales o no reales, ficción o hechos, se leen nombres y fechas y hasta se llega a poner motes que responden a grandes proezas, como la historia de Luis Candelas, el delincuente romántico, o la de Jaime Alfonso «El Barbudo», un hombre empujado a ser bandido. Les atraía la idea de dedicarse a la delincuencia, como parece ocurrir de nuevo a muchos cacos de hoy en día.
Pero la fortuna no llama a todas las puertas igualmente, aunque dé a algunos bastante, sin aparecer nunca realmente generosa, resultando más bien desconcertante con sus supuestas generosidades. Brigitte Bardot (nacida 1934) tuvo éxitos reconocibles y triunfó como personaje en infinidad de películas, pero se sentía terriblemente frágil, y es lo que más sobresale en los papeles que le tocó interpretar como en «Viva María» o en «Dios creó a la mujer». «Lo difícil no es vivir, sino sobrevivir», confesaba como si las grandes proezas con que algunos pretenden sobresaltarnos no son más que sombras de éxitos.
Resulta más certero pensar que, como confesaba Arthur Schopenhauer, será «la personalidad del ser humano la que determine por anticipado la medida de su posible fortuna», porque su renuencia a mostrarse generosa y sus abrazos, confesaba Séneca, no suelen alargarse hacia quienes quieren sobrepasarse, juntándose tan sólo con los que traten de acercarse modestamente a ella».
HECHOS Y DICHOS
«He triunfado en la vida, pero ahora intento hacer de mi vida un éxito, aunque resulte mucho más difícil». Brigitte Bardot
PROVERBIO ORIENTAL
La vida no es pura suerte; si no fuera por otros, no estaríamos aquí.
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