Elcano, un fraude histórico

«Con instrumento rotundo, imán y derrotero, un vizcaíno primero dio la vuelta a todo el mundo». Bueno, pues ahora resulta que no, que según ha demostrado Miguel Ángel Pérez Oca en su interesante novela «Los viajes del Padre Pinzón», documentada, entre otras fuentes históricas, en el diario de Pigafetta (cronista oficial del magallánico viaje), no fue Juan Sebastián el primero, sino un oriental rebautizado «cristianamente» Enrique de Sumatra. Sí, mi amable y boquiabierto lector, ésta es la verdad: Enrique fue capturado en el Estrecho de Malaca por los lusitanos, quienes lo llevaron desde allí a Portugal, donde luego Magallanes lo embarcó en lo que acabó siendo la primera circunnavegación completa, si bien mucho antes de lo que nos habían hecho creer hasta ahora. La cuestión es que Enrique, harto de las promesas incumplidas de ser libertado por Magallanes, cuando éste recaló en las Filipinas, se despidió a la francesa y regresó a su Sumatra, completando así la dichosa circunnavegación, que tantas vueltas ha dado, antes de que Juan Sebastián terminara de pasar las de Caín hasta que, por fin, consiguió atracar en Sanlúcar de Barrameda, donde lo primero que hizo fue penitencia para redimir el pecado de haber oído misa en sábado en vez de en domingo (son las cosas que tiene eso de ir saltando meridianos, lo que deja suponer que no habían leído a Julio Verne…).
Cierto es que Enrique no dio la vuelta al mundo, sino que se la dieron, pero ¿qué opinarían los de Sumatra (que vaya usted a saber cómo se llaman) si lo supieran?
Y, al final de la Historia, ¡menuda lección, la de nuestro buquescuela!, ¿no?

Joaquín Botella García

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