Antonio R. Aniorte Guerrero
Lic. Ciencias Políticas y de la Administración
Jamás pensé que alguien pudiera insultar de forma tan burda a Torrevieja, su cultura y a los miles de amantes del canto coral hasta que en días pasados pude leer un sectario y partidista artículo de opinión titulado «Eras embrujo…», que firma Antonio José Vera Ortigosa, perteneciente -¡qué casualidad!- a las filas de la Comisión Ejecutiva del PSOE torrevejense.
«Patetismo de la política cultural». Así ha definido el mentado socialista al Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía de Torrevieja. Tengo el gran honor de estar asistiendo de forma ininterrumpida, sin perderme ni una sola velada, desde que tenía 14 años, a este gran acontecimiento coral mundial. Es decir, son ya 9 las ediciones del Certamen en las que he tenido la oportunidad de colaborar dentro de la más que lógica organización que precisa un evento de este calibre.
Me llama poderosamente la atención que todavía hoy alguien niegue que la Habanera forma parte de la idiosincrasia de Torrevieja. Nos conocen en el mundo entero por la Habanera, ya que el Certamen torrevejense está considerado como uno de los más importantes del mundo, en cuanto a calidad coral, montante de premios y trayectoria histórica, y esto es un dato objetivo, constatable y contrastado. No comparto en absoluto su apreciación sobre el recinto de las Eras de la Sal, mágico lugar en el que se une la tradición económica y cultural de la joven Historia torrevejense. La polifonía, lejos de ser una losa para el Certamen, es uno de los momentos más atractivos del mismo, puesto que el exotismo de coros de los cinco continentes se manifiesta en la Catedral de la Habanera en un intercambio cultural que no tiene precio.
La organización del Certamen es una compleja máquina que va más allá de azafatas de recinto, compañeras estas para las que reclamo el máximo respeto, que usted les ha faltado en su artículo al calificarlas como «hordas». Hay mucha gente dando lo mejor de sí mismos para que el Certamen siga siendo el gran buque insignia de Torrevieja, cada uno en su puesto, para que cuando se abren las puertas de las Eras de la Sal, todo esté preparado y dispuesto. Eso, evidentemente, es algo que no se ve, pero que es absolutamente necesario para que el Certamen funcione.
En cuanto a interés del Certamen, le contestaré con datos. En las cinco veladas de competición, el patio de butacas del recinto ha tenido como media una ocupación del 87% y en las tres veladas restantes se ha colgado el cartel de «No hay entradas». Y fuera de las Eras de la Sal, más de 15.000 conexiones de casi 60 países ha recibido la web www.torreviejaip.tv de Televisión Torrevieja que ha retransmitido para el mundo entero este acontecimiento coral, demostrando una vez más estar a la altura de las circunstancias.
No somos el ombligo del mundo. Tenemos uno de los Certámenes de Habaneras más importantes del mundo. Participar o ganar en él es un auténtico honor. ¿No sabía usted que la Primera Dama de Puerto Rico ha recibido en días pasados al Coro de Niños de San Juan por su victoria en el Certamen de Torrevieja? ¿No conoce que la prensa nacional cubana se ha echo eco de la participación del Coro de Cámara de Matanzas en nuestro Certamen? ¿Acaso ellos también son «patetos»? Además, quiero recordarle que su formación política cuenta con un representante en el Consejo de Administración del Patronato de Habaneras que refrenda con su voto muchos de los aspectos que usted critica en el citado artículo y que puede proponer iniciativas y trabajar para que el Certamen cada día sea mejor.
Después de todo lo dicho, tan sólo comparto con usted la afirmación de que hay crisis económica. Con su artículo, sólo ha conseguido llamar patetos a cuantos nos sentimos orgullosos del Certamen, a quienes en torno a él colaboramos, a sus abonados y público, a las miles de personas que lo han seguido por Internet, a los medios de comunicación que han publicado las informaciones del Patronato, a los 1.200 coralistas que han participado en esta edición, y a personas que lo hicieron grande y que hoy no se encuentran entre nosotros, como Ricardo Lafuente, Francisco Vallejos, o José Hódar, entre otros muchos. Si después de todo lo escrito usted sigue definiendo al Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía como «patetismo de la política cultural», es que la única intención de su escrito es insultar a Torrevieja y su cultura.
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