El Periódico de Torrevieja nº375

El tremendo escándalo social que ha generado en toda España la decisión del Consejo General del Poder Judicial de sancionar al juez Tirado (responsable de que el presunto asesino de la niña Mari Luz se encontrara en libertad, cuando estaba condenado, sin que nadie se ocupase de que estuviera en la cárcel) con sólo una multa de 1.500 euros, pone de manifiesto una vez más las graves deficiencias de nuestro sistema judicial.
La admirable serenidad con que esta familia ha afrontado tan terrible situación, a la espera de que actúe la justicia, se ve ahora defraudada con esta sentencia vergonzosa de los miembros del CGPJ, que, como bien dice el padre de la niña, sólo demuestra el corporativismo y amiguismo entre los jueces.
Más escándalosa aún cuando ha coincidido también con la exculpación, por el mismo Consejo General del Poder Judicial, del juez que le dio un permiso penitenciario al famoso abogado Rodríguez Menéndez, prófugo reincidente que, naturalmente, ha aprovechado tal permiso para desaparecer de España.
Todo esto es muy penoso, ya que lleva a los ciudadanos honrados a la conclusión de que no se puede esperar obtener una buena acción de la justicia, cuando surge algún problema grave. Son muchos ya los que se preguntan hasta dónde son intocables unos señores que hacen y deshacen a su criterio, teniendo cuando fallan todo el apoyo de su máximo órgano de gobierno, al sancionar con una pequeña multa una negligencia tan clara, que ellos mismos califican como de «falta grave».
Sólo quien se ha visto alguna vez en situación semejante, habiendo acudido a la justicia, demandando eso, que se hiciera justicia, y ha sido tan defraudado como ahora esta familia, puede comprender lo que se siente al verse tan desprotegido, esperando solamente la justicia divina, ya que la otra no funciona, como están demostrando.

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