La crisis es ahora mismo la palabra que está de actualidad. Todos hablamos de la crisis y todos sentimos la crisis, en mayor o menor medida.
Tanto hablar de crisis nos tiene a todos un poco superados con el dichoso tema. Pero es que esta crisis, que es mundial, no lo olvidemos, nos está llegando a todos de una forma o de otra, a unos más y a otros menos, como siempre sucede, pero lo cierto es que nadie se está librando de ella.
Se dice por ahí, entre tantas cosas que se dicen, que la crisis en sí no es una manera de estar o de ver las cosas, sino que tiene que significar un revulsivo, ya que se trata de encontrar otra forma nueva de entender y afrontar las circunstancias que se nos presentan. O sea, que, en términos generales, ya no volveremos a ser ni a pensar, ni a vivir como antes de ella. Porque a través de las crisis se cambia, se crece y se sale fortalecido, cuando se sale. Debe de ser porque, como los niños pequeños, siempre crecemos con las enfermedades que sufrimos.
Lo cierto es que en los momentos tranquilos, de bonanza digamos, todos nos solemos relajar, pero cuando vienen mal dadas, como es el caso, es cuando hay que hacerle frente a la situación, de una forma o de otra. Mejor de la manera más positiva posible, que lo demás ya viene por sí sólo.
Mientras tanto, por aquí todo sigue su curso normal. Ya hemos entregado los nuevos Premios de Novela, el Orfeón celebró su primer aniversario, los socialistas eligieron una nueva dirección regional, que esperemos que les ayuden a resolver sus problemas internos y sus múltiples divisiones. La Mata continúa con sus fiestas -las que las intensas lluvias que hemos tenido les han dejado celebrar- y da comienzo ya este último trimestre del año, con una nutrida, aunque polémica, programación cultural.
Dejar una contestacion