«Entonces le presentaron unos niños para que les impusiese las manos y rezara por ellos. Los discípulos les regañaban, pero Jesús dijo: “Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios”. “Al que escandalice a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valdría que le ataran al cuello una rueda de molino y lo tiraran al mar”».
Es impresionante escuchar las noticias que nos aportan los medios de comunicación respecto a la situación actual de muchos niños, donde podemos apreciar el maltrato, la brutalidad, la violencia, incluso el asesinato de los niños pequeños o recién nacidos. A éstos se les tortura con violentos golpes, quemados de cigarrillos e incluso se llega a su asesinato porque estorban, no nos dejan tranquilos para hacer aquello que nosotros deseamos. Sin ir más lejos, el otro día, una joven dio a luz a un niño precioso en su propio domicilio y asistida por su madre. El embarazo había sido ocultado a los vecinos y amigos y, al nacer el niño, la madre, la única solución que encontró fue asesinar y ocultar al recién nacido para no dar testimonio de su nacimiento. A la muchacha, debido a la falta de asistencia de facultativos especializados, se le produjo una hemorragia y, cuando llegó al hospital, ya era tarde, falleciendo a causa de la misma. O sea, que la madre perdió, en su egoísta deseo, a su nieto y a su propia hija.
Hoy, nos podemos encontrar a niños y niñas de 6 a 8 años que van a los colegios porque los padres son presionados por los asistentes sociales, pero, después de ese horario, son obligados por éstos a realizar todas las tareas del hogar, como lavar, planchar, hacer la comida, limpiar la casa, etc. y, si no lo hacen, son castigados brutalmente con palizas y malos tratos. En algunos colegios de nuestra ciudad, son conocidos casos, que se denuncian a los Servicios Sociales, de niños a quienes los padres no los dejan ir a los colegios porque quieren explotarlos en sus casas como si su sentido de la vida fuese ése precisamente.
En una entrevista realizada al presidente de Ayuda al Menor, éste denunciaba que el maltrato a los niños en nuestro país había crecido el 200% y, ante la pregunta de por qué estos niños no denuncian al teléfono habilitado para ello, indica que se acostumbran a vivir bajo ese estilo de vida y no conciben otro.
Preguntando a un especialista del Estado, forense psiquiatra, sobre las causas que dan lugar a este tremendo crecimiento del maltrato hacia los niños, éste nos indica que la principal causa es «el desamor» que aparece en nuestra sociedad. Hoy solamente miramos por nosotros mismos, sin importarnos los demás. Nos estamos convirtiendo en «individuos», dejando de ser personas.
Hoy, como decíamos en nuestro artículo de hace dos semanas, la ausencia de amor entre las parejas que contraen matrimonio sin él conlleva un desamor hacia todo aquello que les rodea, llegando incluso a decir, cuando tienen que hacerse cargo de sus propios hijos, que no están preparados para eso o que no han madurado, traspasando los problemas al propio niño o a los demás.
Carlos García
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