Mañana hará una semana que las pantallas de TV, a través de Telecinco, escupieron la entrevista realizada a Luis Roldán, que fue, durante el último gobierno de Felipe González, Director General de la Guardia Civil, y que, a través de comisiones ilegales y de meter la mano en la caja ajena, se apropió de 1.800 millones de las antiguas y valiosas pesetas.
María Teresa Campos, a la cual se le notaba lo mal que se sentía de pasar por el trago de entrevistar a semejante cuatrero, insistió desde el principio en pedirle cuentas de dónde estaba el dinero, y el muy carota, como hacen todos los sinvergüenzas, le echó el muerto a un tal Paesa, otro individuo con más cara que un saco de perras.
Desde luego, el pavo tenía un aspecto de lo más lustroso, con una papada que daba gusto, que si fuese cerdo a la plancha daría para una buena parrillada, por lo que creo que no lo debe de estar pasando tan crudo como él dice en la cárcel de mujeres de Brieva.
Cuatro periodistas, dos de ellos directores de periódicos y revistas que descubrieron las operaciones charcuteras del entrevistado, acompañados de Miguel A. Rodríguez y Mª Antonia Iglesias, le tiraron al cuello desde el principio hasta el final, rozando a veces hasta el insulto a un repantingado Roldán, que andaba como aquel que «por un oído le entra y por el otro le sale». Tenía más puestos sus sentidos en el año 2010, cuando cumpla su pena y se largue a disfrutar de los millones robados, que de las preguntas que se le hacían.
Para más INRI, tuvo las santas pelotas de pedir perdón por la estafa cometida, y sobre todo al cuerpo de la Guardia Civil y a los huérfanos del cuerpo, a los que dejó con el culo al aire para forrarse él.
Lo que más me jode, y creo que a ustedes también, es que esta entrevista, en vez de ofrecerla gratis y de rodillas, la haya concedido previo pago de un suculento talón de 80.000 euros de vellón y acomodado en un mullido sillón, supongo que para pagar compañía femenina y comprarse calzoncillos más modernos que los que lucía en las fotos que se ofrecieron durante la entrevista, tomadas en una presunta orgía.
La veda de entrevistas a los chorizos y mangantes, previo pago de dinero fresco, está abierta, pues ya el lunes también se ofreció la de Maite Zaldívar y se sigue anunciando la del «Cachuli» Julián Muñoz… ¡Que Dios nos pille «confesaos»!
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