Reflexiones sobre los usos de algunas formas de conducir

Según mi profesor, una persona es analfabeta cuando, a pesar de usar la lengua hablada, carece de los conocimientos necesarios para entender los códigos que se corresponden a los sonidos que emite. La persona analfabeta puede hablar toda su vida sin saber que cada sonido tiene una equivalencia ortográfica definida y con unas reglas, sirviéndose únicamente de la imitación para comunicarse.
No es que este sistema de comunicación sea vejatorio ni que lo menosprecie, ya que, entre otras muchas cosas, se me viene a la cabeza que nuestro querido castellano, el catalán, valenciano, andaluz, gallego, portugués… vienen de la variante latina llamada latín vulgar, por no ser descendientes del latín culto con reglas que se utilizaba en la época de la romanización peninsular, e incluso el euskera no ha tenido sus reglas escritas hasta el tercer cuarto del siglo pasado.
Aquí la cuestión no es si es bueno o es malo. Lo que realmente me enerva es que, cuando existen unas normas escritas bien definidas, estructuradas y no contradictorias, de vez en cuando exista algún personaje que, sin conocer probablemente las normas y leyes que articulan un lenguaje determinado, pretendan aleccionar a los demás sobre su criterio de analfabeto total o, cuanto menos, analfabeto parcial.
Extrapolando lo anterior a lo que realmente me interesa, quiero referirme al conductor de nuestras carreteras que, sin conocer los criterios, normas y leyes vigentes, quiere imponer las suyas intentando aleccionar a los demás.
Este tipo de especímenes con los que a diario convivimos no sólo desconocen las normas que permiten la utilización de un lenguaje como otro cualquiera, que en este caso permiten una conducción sana, segura y bien definida en el articulado de la legislación vigente sobre tráfico, seguridad vial y normas de circulación, sino que lo peor es que además desconocen que son unos auténticos analfabetos. Según la definición de la Real Academia de la Lengua Española, la definición mas adecuada, además de analfabetos, por no conocer las normas de un código de comunicación que utilizan, sería imbécil (ver R.A.E.), por querer exportar tus vagos conocimientos y tu incultura sobre el tema.
Por ello, imbécil analfabeto que, cuando ves un scooter por las carreteras y autopistas, le adelantas peligrosamente pegado a él, pitando y señalándole el arcén, te agradecería que la próxima vez que te aburras, leas, te actualices y veas que no sólo no tienes razón, sino que, además, ese scooter tiene prohibido circular por el arcén por no ser ciclomotor y no tener placas de matrícula amarillas.
Por ello, imbécil analfabeto que, cuando circulas por las rotondas de varios carriles en el carril interior de las mismas, atacas a los demás vehículos al salir de la rotonda cruzando los demás carriles sin ceder la prioridad de quienes circulan por ellos, te agradecería que la próxima vez que te aburras, leas, te actualices y veas que no sólo no tienes razón, sino que, además, ellos tienen preferencia, puesto que están en su carril y que eres tú quien tiene que ceder el paso como harías en cualquier otro tipo de vía.
Por ello, imbécil analfabeto que, cuando circulas por vías de dos o más carriles en el mismo sentido, te crees con derecho de ir a la velocidad que quieras por el carril izquierdo teniendo libre el derecho, te agradecería que la próxima vez que te aburras, leas, te actualices y veas que no sólo no tienes razón, sino que, además, los demás vehículos probablemente sí utilicen correctamente los múltiples carriles de circulación y entren y salgan a los carriles de la izquierda para realizar sus adelantamientos a velocidades legales y que, aunque vengas con las luces encendidas a 200 km/h y a 400 o 500 mts mas atrás, no tienes preferencia en ese carril, sino que debes adecuar tu marcha a las circunstancias del tráfico y de la circulación.
Entiendo, imbécil analfabeto, que no todos lo sabemos todo y que, con total certeza, todos cometemos errores, pero lo que debes tener en cuenta, imbécil analfabeto, es que eres un analfabeto por el hecho de desconocer las normas de lo que utilizas, pero es que eres imbécil por querer además corregir a quien sí las conoce y lo hace correctamente.
(Siento el tono irónico por si es malintepretado, no por la definición justa y equitativa para quien va referido)
Un saludo y que ustedes lo pasen bien.

Santiago Marina Navarro

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