Manuel Bueno
Director de Colesterol Teatro y
admirador de todos los Magos (Reyes o no)
Querido Rey Mago:
Gracias por estar ahí; eso es, donde estás. Y por venirnos a visitar estos últimos años, ayudándonos a superar el gris cotidiano de una realidad intransitable a veces.
La imaginación debería ir siempre acompañada de una «mano mágica» que transformara los espacios en templos y los templos en futuras estaciones, donde poder elegir un destino imposible, un viaje inalcanzable, quizás. Gracias también por tu magia.
El centro cultural Virgen del Carmen es para nosotros, que rezamos más bien poco o nada, una especie de isla, gimnasio, laboratorio, biblioteca, refugio donde, dos veces por semana, nos sumergimos para bucear en el pozo de nuestros argumentos menos conocidos, más ambiguos, menos transparentes. Es cierto que, a medida que transcurren los días (dos años ya), nuestro «centro de operaciones» ha pasado de ser un lugar cálidamente confortable a inquietantemente productivo. Me explico: cuanto más tiempo pasamos en él, nuestro espacio se muestra más influyente a la hora de encontrar connotaciones íntimas y emociones atípicas que prestar a los personajes que nos acompañan en cada nuevo montaje.
Precisamente, durante la preparación de nuestra última obra («Napoléon pinchó el móvil de Agustina de Aragón»), nuestro ritmo de ensayos aumentó y, ante los buenos resultados obtenidos (el día 13 de diciembre pasado, fecha en que se jugaba el Barça-R. Madrid, televisado gratis, y diluviando toda la tarde, Colesterol Teatro llegó a reunir a alrededor de 200 seres humanos en el auditorio para ver su presentación de «Napoleón…»), te pedimos, querido Rey Mago Cultural, que nos concedas, a partir de enero, ese tercer día (viernes) semanal para poder afrontar con dignidad todos los retos culturales que este próximo año nos hemos propuesto ofrecer (uno por trimestre).
De paso, aprovecho para decirte que les pases aviso a los otros Reyes Magos (que no lo son tanto) de que por fin (después de 4 meses) cambiaron el contenedor de basura de enfrente de mi casa, que estaba agujereado y se salían las bolsas en cascada hasta el duro suelo inmediatamente después de haberlas depositado con pulcritud y amor. ¡Ah! Y al otro Rey que queda, le dices que el alumbrado sigue estando bajo mínimos (después de 10 años) en toda La Siesta, urbanización donde vivo (c/ Milán) en la semioscuridad.
Y poco más; sólo decirte que eres el Rey Mago más eficaz que conozco y también el más generoso; ojalá termines el año con la misma alegría que los chicos y chicas de Colesterol Teatro han despedido la temporada teatral de este 2008 que se nos va, sin poder ni quererlo evitar.
Recibe un fuerte abrazo.
Dejar una contestacion