Joaquín Garrido Mena
Militante socialista
Hoy nos hemos desayunado con la agradable noticia de que el diputado provincial, teniente de alcalde del Ayuntamiento y secretario general del PP en Torrevieja se ha decantado a ser presidente de su partido, después de haberlo consultado a los responsables del mismo, incluido el sr. Hernández Mateo.
¡Qué grandes paradojas tiene la vida, que, a la misma hora que tenía convocada la reunión el sr. Soler para manifestar tal decisión, qué mala suerte, el alcalde convocara otra reunión a la misma hora, para decir que mientras sea alcalde seguirá con las riendas del partido y que piensa presentarse a las siguientes elecciones locales a la presidencia del partido!
Como en realidad quedan varios meses para que se celebren estas elecciones locales, no está claro que no haya más candidatos y la cuestión «no vaya a más».
De momento, esperemos tranquilos y observemos con tranquilidad los acontecimientos. De momento, ya son tres los candidatos, el actual alcalde, el sr. Soler y el sr. Montesinos. Como diría un castizo, «vaya tres candidatos buenos».
Evidentemente, las causas que motivan estas decisiones para mí son claras: el alcalde ya no debe de contar con todos los apoyos que tenía. Además, pensemos que las causas judiciales deben llegar algún día y a lo mejor no muy lejano; con lo que podemos pensar que su legión de seguidores seguramente no son tantos y tratan de apartarse de él, para que políticamente no les arrastre a ellos.
Esto que está sucediendo en Torrevieja es indescriptible, que su propia «guardia pretoriana» se haya proclamado sucesora del sr. Hernández. Es algo que no se puede entender.
Del candidato a alcalde, decir que está quemado políticamente y que poco se puede decir de su devenir político. Yo diría que está muy oscuro.
El segundo candidato yo diría que es un calco del primer edil, y que, si tiene algún mérito, es haber sido asesor del ministro de Defensa cuando se reconquistó la Isla Perejil.
Del tercer candidato, tuve el «honor» de conocerle cuando fue concejal de Participación Ciudadana y de Educación, y no convocó durante su mandato ninguna reunión ni del Consejo Escolar ni de Participación Ciudadana. Es obvio su talante antidemocrático.
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