Fernando Guardiola: Voy a hacer un pregón totalmente diferente a lo que se ha hecho hasta ahora en Torrevieja

Todas las semanas nos hace pasar un buen rato con «La caja catódica», espacio de crítica televisiva y de actualidad. Además, nos informa de la marcha del Club de Lectura de la Biblioteca Municipal «El Ambigú», y de otras entidades torrevejenses. Hablamos de nuestro colaborador Fernando Guardiola, recientemente nombrado pregonero del Carnaval de Torrevieja. Sin embargo, no son éstas sus únicas facetas, ya que Fernando está profundamente implicado en el entramado sociocultural torrevejense: es socio fundador del club de lectura y dedica su tiempo como voluntario en el Grupo de Amigos Ex-Adictos (GAEX), del que es secretario. Este sábado 24, a las 21 horas, nos deleitará en el Teatro con su particular pregón del Carnaval, del que nos avanza algunos detalles.

– ¿Cómo te metiste en esto del pregón?
Fueron directamente al grano y llamaron a GAEX, diciendo que sabían que había una persona ahí que podía hacer el pregón, y Vicente Onteniente los envió a mí. Después, me puse en contacto con Julio y María Dolores.

– ¿Qué nos puedes adelantar del pregón?
Puedo adelantar que es algo totalmente diferente a lo que se ha hecho hasta ahora en Torrevieja. Yo nunca había visto un pregón de aquí. Pedí material y, como pasaba el tiempo y no lo conseguía, lo hice a mi aire. Me basé en pregones de capitales de provincia, como Murcia y Cádiz. Luego, cuando vi las cintas de los pregones de aquí, no tenía nada que ver. También es verdad que en los últimos años no ha habido teatro del Carnaval, y quizá se ha aprovechado el pregón para hacer una representación. Yo he hecho un pregón en toda regla, de atril, y voy a ir disfrazado. El pregón ha sido muy elaborado, ya que es en verso. Quizá a unos les guste y a otros no, pero yo he puesto toda mi buena voluntad.

– Tu vertiente crítica es conocida por «La Caja Catódica», ¿de dónde sacas la inspiración?
La inspiración la saco de ver mucha televisión, leer y documentarme; y, como tengo tan poco espacio para escribir, tengo que elegir el tema del que más se haya hablado esa semana. Tengo sólo un faldón, y, como no tenemos medios económicos, vamos a tener que reducir a la mitad… (risas)

– ¿Y el pregón será crítico?
Va a ser crítico, pero sin insultar, que ahí está la elegancia de un pregón. No me voy a meter en política, porque eso lo dejo para los políticos, que para eso les pagamos. Lo que sí voy a criticar bastante son muchos aspectos de Torrevieja que no me gustan, ni les gustan a muchos. Como se ha difundido que soy el pregonero, y me conocen por «La Caja Catódica», me para la gente por la calle como si fuera un Rey Mago: «Quiero que hables de lo mío»; incluso bajo amenaza: «¡y como no lo hagas…!».

– ¿Qué cambiarías de Torrevieja si pudieras?
Hay cosas de Torrevieja que están muy bien, pero a la hora de juzgar siempre vemos los defectos. Torrevieja tiene de bueno que es una ciudad abierta, con una gran variedad de gente, muchos comercios y gran vida social. En general, Torrevieja me gusta. Quizá en sanidad, educación vial… deje mucho que desear, pero de eso también tenemos mucha culpa nosotros. Cambiaría de Torrevieja el tráfico, que es fatal. Estuvo proyectado un paso subterráneo desde la gasolinera de la avenida Gregorio Marañón hasta pasado el paseo Vista Alegre, y un aparcamiento subterráneo en las calles Orihuela, San Julián, Campoamor… para dar más vida a la ciudad y hacer zonas peatonales. Lo del puerto, lo veo una utopía a 20 años plazo. También me ha sorprendido mucho la «catedral» de la Plaza de Oriente… Tampoco entiendo por qué en el Jardín de las naciones hay 15 ó 16 verdes, cuando hay otros jardines por ahí hechos polvo en la Nueva Torrevieja, en Los Balcones hasta hace poco, en la avenida Gregorio Marañón… Sin embargo, la zona del centro está de maravilla. No me gusta que haya dos Torreviejas: una, la oficial, la del centro, que está muy cuidada; y otra la de los alrededores, que está dejada de la mano de Dios, en jardinería, contenedores, limpieza viaria…
En el aspecto humano, no entiendo por qué la gente de Torrevieja de varias generaciones se ha puesto una muralla y no deja entrar totalmente a la gente que viene de fuera. Dicen estar siempre con los brazos abiertos, y a la hora de la verdad están cerrados en su caparazón. Por muchos años que lleves aquí, no te dejan integrarte con ellos. Yo vivo aquí 20 años y me considero torrevejense, pero con esa barrera que ponen, no te dejan hacerte sentir lo torrevejense que en realidad eres. La gente de mi pueblo, que es Archena (Murcia), me ha comentado: «es para que estuvieran orgullosos de tu designación como pregonero en un pueblo que no es el tuyo, porque aquí ya te conocemos» -yo participo allí en todas las fiestas y escribo el bando panocho todos los años-.

– ¿Y en el plano cultural?
Culturalmente, Torrevieja me encanta. Quizá falta información. Hay programas trimestrales muy completos, pero a la hora de realizar las actividades, no se emite la información suficiente para que la gente se entere. Ahora mismo, en la puerta del teatro hay un cartel de «La cena de los generales» y no se pone en qué fecha es, y los horarios de taquilla son inverosímiles. Había un punto de información que era un hervidero, donde se enteraba mucha gente de lo que había, y era la oficina de turismo del centro, ¿por qué se ha quitado? Pero en general le doy un aprobado fuerte a la cultura en Torrevieja. Aunque creo que se está cargando demasiado de trabajo a una persona, Eduardo Dolón, que se ve obligado a tener el don de la ubicuidad. Pienso que se podrían hacer mejor las cosas si se le ofreciera más ayuda humana.

– ¿Eres igual de crítico en el Club de Lectura?
Mi papel no es tan crítico, puede ser con un libro determinado. En el club de lectura, somos 20 personas, y son 20 opiniones diferentes, ninguna está por encima de otra. El club de lectura quizá haya sido una de las mejores cosas que se han hecho en Torrevieja. Además, no es una élite, está abierto a todos los que quieran participar. Allí leemos un libro y lo comentamos, incluyendo los Premios de Novela «Ciudad de Torrevieja». En este caso ha tocado «El emblema del traidor», cuya crítica se adjunta en este número, y el próximo será «El secreto de los Hoffman».

– También eres una persona comprometida. ¿Qué nos puedes contar de tu labor en GAEX?
Mi labor en GAEX es oficialmente de secretario, pero como económicamente no andamos muy sobrados, y tampoco hay mucha gente dispuesta a colaborar, aparte soy el tesorero, hago tareas administrativas, de mantenimiento, limpieza… Ésa es mi labor técnica. En la parte humana, siguiendo el ejemplo de nuestro presidente, Vicente Onteniente, participo en las reuniones de grupo, y en estar siempre pendiente de las personas que se separan un poco, para evitar que recaigan. En este sentido, no somos como otras asociaciones que «pasan». Nosotros no queremos que caigan por falta de apoyo. Incluso hemos tenido gente a la que veíamos físicamente hecha polvo, pero nosotros a base de constancia los hemos salvado. Es una labor muy ingrata, porque la gente te mira mal y te señala con un estigma. Sin embargo, un ex-adicto es la persona más limpia que hay. La gente se tiene que concienciar de que, de las puertas de estas asociaciones para adentro, precisamente lo que no hay es lo que ellos creen que hay.

– Para terminar, te vamos a pedir que dejes abierto el Carnaval en estas páginas…
El Carnaval es una época para hacer, decir, ver y oír lo que no has podido hacer durante todo el año, y a eso invito a participar a todo el mundo. Es una época de desinhibición total y hay que pasarlo bien. ¡¡¡Viva nuestro Carnaval!!!

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