Lo militar, lo moral, lo religioso

Hice estirón del último fin de semana, para presenciar, en un acuartelamiento, la jura a la bandera de España de 521 soldados, 40 de ellos mujeres, de dos ciclos formativos de los que ahora se gastan nuestras Fuerzas Armadas, en casi permanente instrucción a los muchachos y muchachas que a ellas se van integrando. Cáceres, Centro de Instrucción y Movilización, doce de la mañana del sábado 24 de enero de 2009. Aire frío y puro que inspiramos otros cientos de emocionados mirones en una mañana espléndida de sol y sin viento, que nos hizo, aunque parezca mentira, sentirnos por tres horas apartados del infernal ruido global en el que vivimos… Tres tribunas repletas de espectadores en el campo de jura que llaman, que vivieron intensamente una auténtica «liturgia» militar con todos los detalles. Despliegue de cuatro compañías, bandas de música y escuadra de gastadores, recibimiento a la bandera (ojo, de pie, con respeto y en silencio, como está mandado), recibimiento al Coronel que manda la cosa y presidió el acto, alocución de éste con mensaje profundo de la sumisión a muchas cosas que lleva implícito el beso-juramento-promesa a la enseña nacional, los tradicionales himnos militares, algún ejercicio, y, por último, la jura propiamente dicha y el desfile. ¡Ah! Y unas estrofas de responso por el Castrense. Saludo especial a los extranjeros que se han hecho españoles para luchar y sufrir con nosotros, y a las mujeres que poco a poco se van incorporando a esta misión. Sorpresa para mí que hubiera muchachada de la Vega Baja y de que Torrevieja estuviera presente con cuatro o cinco. Que no siempre nos van a conocer (fuera de lo que representa nuestro Certamen de Habaneras y muchísimas más cosas buenas que tenemos) por los locos extranjeros de turno que se pelean y se matan, y que se dejan caer con algún atraco de vez en cuando (porque a estos sí que los vemos enseguida por la tele).
Ya de vuelta a mi campanario, me relajo leyendo la alocución del Papa por videoconferencia en directo, a la explanada de la Virgen de Guadalupe en México el otro domingo de atrás, donde se celebró la Eucaristía que clausuraba el VI Encuentro Mundial de las Familias. Y hablo de relax porque a eso te ayuda escuchar que «ahora mas que nunca se necesita el testimonio y el compromiso público de todos los bautizados para reafirmar la dignidad y el valor único e insustituible de la familia». Y es que en este magma de desdén supino por los valores morales de siempre y por el estímulo que nuestra sociedad pone en marcha hacia la ostentación y el poder y el tener, hacia trajes vacíos que nos envuelven y cabezas huecas que sólo pensamos bobaliconamente en vivir el presente, se echa de menos la ayuda a la familia, lugar primigenio de la educación del hombre que ha de ser… En la verdadera libertad de los hijos de Dios, obviando esos impulsos tan subjetivos que, ésos sí, rellenan los trajes vacíos… que tanto paseamos.
(Oigo calentita ahora mismo, la noticia de que el Supremo «condena» a los padres objetores de conciencia a EpC a que se estén quietos, calladitos y sumisos. Eso por lo que estaba diciendo sobre la familia… ¡Pues qué bien!).

JortizrochE

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