El nombre de un hospital

Antonio R. Aniorte Guerrero

Hace unos días, concretamente el pasado 24 de abril, se cumplían tres años desde que el Dr. D. Manuel García Gea nos decía adiós. No obstante, el doctor nunca se ha ido. Su recuerdo sigue vivo en la memoria de cuantos le conocimos y nos contagiamos de su sonrisa, de todos aquellos que admirábamos su extraordinaria humanidad. No obstante, la triste efeméride de su marcha de entre nosotros nos lleva a hacerle aún más presente de nuevo, y siempre afloran algunas reflexiones como las que quiero compartir con los lectores en este artículo.
Al poco de fallecer D. Manuel, el Ayuntamiento de Torrevieja, como bien es sabido, propuso a la Consellería de Sanidad que el Hospital público que entonces se estaba construyendo en la ciudad llevase el nombre del Dr. D. Manuel García Gea. Y así fue. Muchos nos emocionamos al producirse esta decisión porque siempre habíamos conocido la enorme ilusión que D. Manuel tenía para que su ciudad, Torrevieja, contase con una infraestructura sanitaria tan importante como es un Hospital público.
Ha pasado ya mucho tiempo desde que, afortunadamente, disfrutamos de este centro hospitalario, orgullo de la ciudad por su dotación humana y tecnológica en pro de nuestra salud y bienestar. Pero se echa de menos la utilización del nombre del Hospital. Además de dos o tres rótulos en los distintos accesos del centro hospitalario, sería necesario ir más lejos, ya que no aparece por ninguna parte la nomenclatura de «Dr. D. Manuel García Gea». Ni en los membretes del papel oficial, ni en la página web, ni en las notas de prensa, ni en el acervo del propio centro.
Quiero, humildemente, desde estas líneas, hacer un llamamiento a quien corresponda para que esta situación cambie. Para que se utilice en todos los ámbitos del Hospital su denominación completa: «Hospital de Torrevieja Dr. D. Manuel García Gea».
Porque más allá del gesto, hay un transfondo importante, que no es otro que siempre que se cite el nombre de D. Manuel, se hará presente su recuerdo, su ilusión y su sonrisa como mejor terapia; se interesarán por quién fue él quienes no le conocieron, y a muchos nos recordará un ejemplo impagable por buscar siempre el bien de Torrevieja.

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