Esto no tiene nombre nº401

Los que me conocen bien, que son realmente pocos, saben que a mí no me gusta andar por los periódicos regalándole la oreja al personal, y que las opiniones que vierto sobre cualquier asunto suelen ser, como no podía ser de otra manera, subjetivas, más o menos afortunadas,  siempre viscerales, dictadas por el corazón y filtradas por mi pobre entendimiento (yo sólo sé que no sé nada… y encima no soy sabio), y no es falsa modestia, objetivamente a las pruebas me remito. Aprovecho para presentar mis más sinceras disculpas si en alguna ocasión he molestado o incomodado a alguien, lo siento, perdónenme por favor. Yo, al igual que las mujeres, que antes subían a tender, ahora tienden a subir; también subo a tender (la ropa, claro), y uno tiende a creerse y respetar «to» mientras no se demuestre lo contrario.
Digo todo esto porque me han ofrecido la oportunidad de colaborar en este medio. No creo ser merecedor de tan elogiosa proposición, pero he de reconocer que me siento como un niño «con una «play station» nueva» (jiji… antes se decía «zapatos nuevos»). Siempre he creído en la comunicación. Este medio es comunicación pura y dura, aparte de información aséptica e imparcial, y sobre todo participativo. Es para mí un lujo poder leer las expresiones, las ideas de gentes de toda condición. Día sí y día también, oyendo hablar al alcalde, o del alcalde, estará muy bien, respeto el trabajo de los compañeros y lo comprendo, pero tantos espacios se le dedican, como si de Dios se tratara (¡juasss! sigo siendo un cabronico), que resulta cansino hasta para sus propios correligionarios. Reconózcanme, en un ejercicio de comprensión, que él mismo tiene que estar «hasta el moño», y no me digan «que eso es lo que hay».
No, amig@s, hay más, mucho más, esta publicación así lo demuestra con sus lectores y los que quieren participar. Me encanta ver cómo, mediante la palabra, que es la herramienta de la democracia, «las personas humanas» tenemos un vehículo de expresión que nos transporta para dar a conocer nuestras ideas, opiniones, denuncias etc.; desde el respeto y la buena intención de compartir. Aquí, afortunadamente, podemos observar y analizar participaciones de ciudadanos, hasta de concejales de los diferentes grupos políticos con ideologías tan dispares como las que representan José Manuel Martínez, Ángel Sáez, José Manuel Dolón o Joaquín Albaladejo, y colaboradores de talento como Jon Oria y entrañables como Kartaojal o el propio Fernando Guardiola, entre otr@s; todos ellos tienen mi respeto, mi gratitud y hasta cierta admiración. Aunque echo en falta alguna participación del alcalde en este medio (jijiji… ya me pasao de cabroncete; pero es que se me va mucho la «bola»). 

Continuará…

Antonio Vicente Espuch Vera

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