El Grupo de Amigos Ex-Adictos premia la constancia de sus socios en una entrañable velada

En la noche del sábado día 6, el Grupo de Amigos Ex-Adictos (GAEX) celebraba su cena semestral de convivencia, acompañados de familiares, socios y amigos, así como de su madrina, Matilde Serapio, que les regaló un panel «roll-up». Al final de la cena, se hizo entrega de los pins a los compañeros que han conseguido superar una etapa sin caer de nuevo en su adicción, así como de un cuadro conmemorativo a sus parejas. GAEX es una asociación sencilla pero efectiva, que cuenta entre sus componentes con ex-adictos del alcohol, las drogas e incluso del juego. Sin ayuda institucional, basan sus tratamientos en terapias continuas, con el sistema del espejo, es decir, ayudándose unos a otros con sus propias experiencias, pero, eso sí, de un modo muy personal y con un seguimiento exhaustivo de cada caso. Fue muy emocionante el momento en que cada familia recogía su obsequio con motivo de la superación. Cuando el presidente del grupo, Vicente Onteniente, narraba cada caso particular, apenas se podían contener las lágrimas. Los aplausos de apoyo del resto de compañeros y las sentidas palabras de los familiares ponían el vello de punta a todos los presentes.

Por primera vez se ha creado un trofeo que, a partir de ahora, servirá para premiar a los componentes que logren superar los cinco años de abstinencia, pero en esta ocasión fue para José Manuel «el Liebres», que ha conseguido llegar a los 10 años sin recaer en su adicción. También le fue entregado este nuevo trofeo a la madrina del grupo, a Ramón Antón del Mesón el Huertano, y a Torreguía Ediciones, por su apoyo incondicional. El presidente fue obsequiado con un trofeo extraordinario, por el autor de los mismos y su familia, miembros del grupo. Para terminar, Fernando Guardiola, secretario de la asociación y uno de sus principales puntales, puso el broche de oro con un original bando panocho, dialecto ancestral de su Murcia natal, que hizo las delicias de todos los presentes, quienes lo interrumpieron con aplausos en varias ocasiones. Se cerraba así una entrañable velada con este grupo de amigos que luchan cada día por superar sus problemas, sin muchas ayudas, pero con gran coraje y persistencia.

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