Ésta ha sido una de las últimas decisiones del alcalde de Torrevieja. Ha decidido, por unanimidad, convocar las elecciones locales del PP de Torrevieja, para cambiar la ejecutiva del mismo, el mismísimo «dieciocho de julio» (aniversario del Alzamiento Nacional).
Lo curioso de esta situación es que este alcalde ha sido durante 22 años un mandatario absolutista dentro de su partido y no ha tenido nunca oposición interna. Ha sido dueño y señor de su partido.
Actualmente le han salido dos opositores dentro de su partido, cosa insólita en los anales del PP.
La fecha del dieciocho de julio le debe sugerir, supuestamente, el aplastamiento de todo aquello que suene a subversivo. Por tanto, advierte a sus rivales que la fecha es la que es, y que supuestamente no va a permitir «el levantamiento del orden Constitucional que él tiene establecido en su partido y en esta ciudad».
Recordemos que esta ciudad es uno de los grandes bastiones del PP a nivel nacional, por encima de la media en la Comunidad Valenciana. En las últimas elecciones europeas, han sacado una ventaja a la segunda fuerza política de 17 puntos porcentuales.
Este señor también es uno de los que reciben grandes apoyos por parte del señor Camps, imputado por el caso Gürtel, y que es en esta ciudad donde se le hacen grandes recibimientos y festejos.
Parece que la gente no sabe o se olvida de que este señor también está imputado, por la Fiscalía Anticorrupción, y que su causa se ha retrasado más de lo normal, porque ha pasado a la situación de aforado, por ser Diputado de las Cortes Valencianas y han tenido que cambiarse los tribunales normales por el Tribunal Superior de Justicia. Además, su causa está en proceso de «instrucción».
Esperemos que la justicia haga su trabajo, y al final se juzguen dichas causas.
En las elecciones locales de Torrevieja, que gane el buen sentido común, porque él, supuestamente, ha decido perpetuarse como presidente del PP y, de rebote, seguir de alcalde.
Joaquín Garrido Mena
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