No todos los ciudadanos de Torrevieja nos podemos considerar iguales. Unos son ciudadanos que aportan sus impuestos y, a cambio, reciben servicios. Otros aportamos impuestos sin recibir nada a cambio, solo somos contribuyentes netos. Y me explico. En la C/ Concordia, 102-104, edificio de nueva construcción con tres años de antigüedad, pagamos todos los vecinos la contribución y demás impuestos a las arcas municipales desde el primer día, sin recibir nada a cambio. Podemos pensar que con nuestro dinero «quizás se paguen buenos trajes», que ahora está muy de moda, se paguen buenos cochazos, o quizás dediquen el dinero recaudado a subvencionar grupos folclóricos, de música, de baile, en ampliar amarres en el puerto deportivo… ¡que no esta mal!, pero los que no bailamos, ni somos músicos, ni tenemos barquitos veleros que amarrar, también necesitamos poder andar por la acera, tranquilos y con la máxima seguridad. Llevamos dos años con las aceras levantadas en las calles Concordia, Almudena hasta Vicente Blasco Ibáñez. No podemos caminar por ellas, ya que están intransitables y tenemos que hacerlo por mitad de la calle, con el riesgo de sufrir algún accidente grave, atropellados por algún vehículo o heridos por los cascotes, aristas de cemento y hasta puntas de hierro que asoman entre la pared y el bordillo, siendo más peligroso para los niños, ancianos y minusválidos. Hablamos con el concejal de Urbanismo y nos cuenta cuatro milongas, palabras de politiquillo sin ningún crédito, pues a los hechos me remito. Los días pasan sin atisbar ninguna solución. Tampoco tenemos la cédula de habitabilidad de las viviendas, debido a no haber terminado la constructora las obras (pavimentado de aceras), por un litigio entre el Ayuntamiento y la constructora, motivado, parece ser, por el tipo de baldosas a colocar en ellas. Sr. concejal de Obras y Servicios, Javier Montoro, hemos venido de muchos lugares del estado a invertir aquí nuestros ahorros, conseguidos con mucho esfuerzo y sudor, y lo único que exigimos es ser ciudadanos de primera y no ser los «paganinis» del pueblo, pagar y pagar sin recibir lo mínimo a lo que tenemos derecho como vecinos. Queremos ser unos ciudadanos más y poder transitar por la acera, que es el lugar más seguro.
Un saludo,
Carmelo Fernández de Sevilla Torres
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